El 7 de junio se recuerda a los Héroes de la guerra con Chile y específicamente, al coronel Francisco Bolognesi, héroe de la batalla de Arica. Cuya célebre frase recordamos todos los peruanos: «Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho».
En una hazaña inigualable, para evitar que nuestra bandera nacional caiga en manos de los chilenos, Alfonso Ugarte prefirió morir lanzándose del Morro de Arica hacia el mar.
Nuestra sagrada bandera, uno de nuestros máximos símbolos patrios, ya tiene 200 años y merece el respeto de todos los peruanos, en especial de las actuales autoridades. Nos referimos tanto al poder Ejecutivo como al Legislativo. Recordemos la tan desagradable propuesta de ley realizada por la congresista Nieves Limachi para cambiar la forma y colores de nuestra bandera y convertirla en algo similar a las que tienen los hermanos países de Bolivia y Venezuela.
Fue una ofensa tremenda, tanto así que sus paisanos de Tacna la declararon como persona no grata y enemiga del Perú. Lo más indignante es que ella, siendo de Tacna, la tierra heroica, cometa semejante traición a nuestro símbolo patrio. Muy penoso realmente. Pero estamos seguros, que hoy, toda la población sureña estará marchando al compás del Himno Nacional.
Nuestra bandera roja y blanca es un emblema sagrado. El rojo significa la sangre derramada por las luchas de miles y miles de peruanos. Que lucharon y entregaron sus vidas para buscar la independencia y la libertad de nuestro país.
El blanco simboliza la nieve de nuestras cordilleras y el carácter transparente y cariñoso de los peruanos.
Nuestra bandera roja y blanca, que flameó en diferentes campos de batalla, debe ser un símbolo de permanente respeto e inculcado tanto en las familias como en los colegios desde el nivel inicial. Ni que decir en primaria, secundaria y universidad, donde la práctica del civismo debería de ser sólida.
Nuestro patriotismo siempre debería de estar en la mente y los corazones de los millones de peruanos.
Nuestro país es extraordinario y hermoso y merece otro destino, merece otras y mejores autoridades. Ya es tiempo y hora de no equivocarse al elegir autoridades, busquemos a la persona más coherente, preparada y honesta para asumir los cargos de alcaldes, gobernadores, por supuesto, congresistas y presidente.
La incapacidad y corrupción de los poderes del Estado están haciendo mucho daño a nuestro país y al peruano de a pie. Viva la bandera nacional, Viva el Perú.