La economía de China creció 3% en el 2022. Esta cifra que otros países resultaría no ser una mala señal, es el crecimiento más bajo de la economía de este país en las últimas 4 décadas.
Esta baja tasa de crecimiento del producto interior bruto (PIB) representa una desaceleración frente al crecimiento de más de 8% reportado en el 2021. La principal razón es el impacto de la política nacional de ‘cero covid’, que lastró con fuerza la actividad económica debido a las restricciones.
Esta fuerte ralentización económica ya había sido proyectada, aunque el objetivo del Estado chino era un crecimiento en torno al 5.5%.
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Sin embargo, ante la propagación de la contagiosa variante ómicron, las autoridades insistieron en redoblar su estrategia de ‘cero covid’. Aplicando más restricciones y duros confinamientos que lastraron con fuerza la actividad económica durante diversos tramos del ejercicio.
En un comunicado la Asamblea Nacional Popular (ANP) aseguró que la economía nacional «resistió la presión» en un 2022.
Sin embargo, la Oficina reiteró que los «cimientos» de la recuperación económica «no son sólidos» debido a que «la situación internacional todavía es complicada al tiempo que todavía existe la amenaza de una triple presión a nivel doméstico por la contracción de la demanda, el ‘shock’ de la oferta y el empeoramiento de las expectativas».