Revisando la historia, encontramos situaciones muy parecidas a la actual, con un Congreso dominado por Fuerza Popular, partido que ha afirmado su posición opositora al gobierno, mostrándose soberbio y amenazante. Algo similar se vivió entre los años 1945 y 1948 con Bustamante y Rivero, también entre 1963 y 1968 en el gobierno de Fernando Belaunde, y el de Alberto Fujimori de 1990 a 1992.
Los motivos podrían ser muy similares a los actuales, de acuerdo a versiones fujimoristas, la oposición no concedería facultades legislativas al nuevo gobierno y parece que no se la pondría nada fácil para gobernar. Esto podría traer la interrupción de la democracia y producirse un autogolpe de PPK por no poder controlar a este Congreso, que por revancha y venganza, afila las uñas para no permitirle gobernar haciéndole las cosas difíciles, censurando a sus ministros, desaprobando a su gabinete; luego de haber perdido las elecciones, lo que para algunos (hasta ahora) no lo han entendido.
En los “golpes” anteriores, el del 48 fue porque los apristas, que controlaban el Congreso, se creían poderosos y se oponían a toda iniciativa. En el periodo de don Fernando Belaunde, que se quedó en minoría, al formarse una coalición entre el Apra y su acérrimo enemigo político, el odriismo, que incluso, les persiguió encarnizadamente por haber perdido las elecciones, buscaron destruirlo con censuras. Luego en el autogolpe de Fujimori, también por no tener mayoría en el Congreso y por sus ideas japonesas de creerse emperador, destruyó la democracia en formación, resultando el país, el gran perdedor, porque siempre habrá los conflictos entre estos dos poderes y será el pueblo, el gran perdedor.
Los tiempos han cambiado, pero la mentalidad mezquina de los políticos, no.