En un escenario paradójico y preocupante, los almacenes de la Dirección Regional de Salud (Diresa) están repletos de medicamentos que pronto vencerán, mientras que los centros de salud de la región siguen reportando escasez de insumos esenciales para la atención de la población. Esta contradicción evidencia una grave deficiencia en la distribución y logística del sistema de salud regional, lo que pone en riesgo la salud de miles de ciudadanos.
El director de la Diresa, Barrera Julca, ha hecho un llamado urgente a todas las redes de salud de la región para que recojan los medicamentos almacenados en la ciudad de Huánuco, específicamente en el almacén de Hancao. La situación es crítica: muchos de estos medicamentos requieren condiciones de almacenamiento en frigoríficos y el espacio disponible ya es insuficiente, lo que agrava el problema. Sin embargo, las redes de salud, responsables de la distribución, no han cumplido con esta labor con la diligencia necesaria.
Este problema no es nuevo. Hace apenas unos meses, la población exigía con justa razón el abastecimiento de medicamentos, y desde los centros de salud la respuesta era que no había stock disponible. No obstante, la realidad demuestra que la gestión de distribución ha sido deficiente. ¿Cómo es posible que medicamentos que la gente necesita con urgencia estén a punto de caducar en los almacenes mientras en hospitales y centros de salud siguen sin contar con los insumos necesarios?
Las redes de salud de Tingo María, Panado, Ambo y otras localidades deben asumir su responsabilidad con prontitud. No basta con señalar la falta de recursos; es imperativo que los directores y jefes de cada red de salud realicen los trámites necesarios y retiren los medicamentos que ya están disponibles. La burocracia y la falta de coordinación no pueden seguir siendo excusas cuando la salud de la población está en juego.
El plazo es corto: en marzo llegará un nuevo lote de medicamentos y la Diresa no tiene capacidad para seguir almacenando los productos que actualmente mantiene en stock. Es imprescindible que las redes de salud actúen con eficiencia y cumplan con su función de abastecer los centros de salud en las zonas más alejadas. De lo contrario, estaríamos ante un acto de negligencia inaceptable que pone en riesgo la vida de los ciudadanos.
Es momento de que las autoridades de salud asuman con responsabilidad la tarea para la que han sido designadas. La población no puede seguir esperando mientras los medicamentos se vencen en almacenes por pura ineficiencia administrativa.