Una vida no vale nada

Una joven madre lo había planificado todo. Con mucha ilusión, amor y sacrificio se alistaba a tener el hijo soñado. Sin embargo, por la irresponsabilidad de unos trabajadores de salud, que no quisieron darle una oportuna atención con el pretexto de que le faltaba tiempo para el alumbramiento, le ordenaron que regrese a su casa.
Tan mal se sentía, que a las horas, retornó nuevamente al centro de salud Carlos Showing, donde recién se dan cuenta de su gravedad, y se sacan del problema de encima, derivándola al Hospital Regional Hermilio Valdizán, pero ya era tarde.
Hasta ahora no se ha podido identificar a los responsables. Se sabe que está en camino una investigación por una comisión de la Diresa. Nos imaginamos que los sancionarán ejemplarmente, mínimo, separándolos del cargo.
El bebé murió y la sufrida madre se recupera físicamente de la intervención quirúrgica, que le practicaron para salvarle la vida, pero nunca más podrá engendrar pues le extirparon el útero. Psicológicamente estos individuos nunca tendrán la conciencia tranquila y cargarán la culpa de un problema que es cotidiano en este hospital. Ojalá que no tengan hermanas o familiares mujeres, a quienes, les puede suceder algo parecido o peor.
El director regional de Salud tiene la obligación, no solo moral si no humana, de responder por este suceso para que no se repita. Huánuco tiene un alto porcentaje de muertes maternas y es por la deshumanización, la irresponsabilidad, la falta de profesionalismo de los servidores del C.S. Carlos Showing Ferrari.