Rodolfo Arias Quintana/Iulian Santiago Soto
(Estudiantes Unheval)
En el departamento de Huánuco se encuentran fundos que se dedican a la productividad y comercialización de aguardiente a base de caña de azúcar: la shacta, símbolo emblemático y bebida bandera que llena de orgullo a los huanuqueños.
Estas actividades han tenido una gran trascendencia histórica para la economía local e integración comercial.
En la actualidad, los fundos contribuyen al crecimiento económico y al desarrollo mercantil interregional; pero en menor medida, ya que se han visto afectados por la pandemia.
Dentro de la región, se encuentran los fundos y bodegas que producen distintos tipos de bebidas derivadas del aguardiente; entre ellos tenemos el Fundo Pacán, Quicacán, Cachigaga, Huaycoto y Vichaycoto.
Igualmente, existen otras localizadas fuera del ámbito como Chasqui (Ambo), Derrepente (Tingo María). Cabe mencionar que existe la iniciativa de crear la “Ruta del Aguardiente”.
Asimismo, este sistema de producción de shacta conocido como aguardiente de caña de azúcar de Huánuco fue declarado como Patrimonio Cultural de la Nación el 06 de julio del 2016. Esto se logró a través de una resolución viceministerial que lo consideró de gran valor social y simbólico para los huanuqueños. Se trata de una bebida emblemática del departamento que tiene una gran variedad de usos.
Algunos encargados de marketing de los fundos mencionan que, antes de la pandemia, el comercio de la shacta se daba a gran escala, pero debido a la pandemia hubo un paro. Sin embargo, la productividad sigue su transcurso, pues el uso del aguardiente no solo es para un fin de semana. Se trata de una bebida medicinal que es tradición desde sus inicios de producción, por ende, aporta a nuestra identidad regional en todos los ámbitos.
“La producción del aguardiente ha sido alta. En los últimos años, después de la declaración del patrimonio nacional, se disparó considerablemente el tema de las ventas. Es así que, ahora el consumidor del aguardiente shacta no es el hermano del campo, antiguamente pues era la bebida del campesino. Hoy en día el aguardiente es una bebida para el de saco y corbata y para el campesino, menciona Jeyson del fundo Pacán.
“Nosotros estamos divididos, uno, es la zona agrícola que básicamente son los campos y otro es la industria que es ya la planta productora del aguardiente que es el trapiche”, señala.
Además, en cuanto a la producción de las bebidas alcohólicas, informa que en el estado de emergencia no se podía producir bebidas alcohólicas. Sin embargo, trabajaron en el campo en los abonos, en la limpieza de las sequias y los campos de los cañaverales.
“Antes de la pandemia había un alto consumo de shacta por parte de los huanuqueños que iban a los bares. No había consumo directo del producto en la casa”.
Adulteración de la bebida
Para Diego Ricardo López Cabanillas, director de Marketing de la Hacienda Cachigaga y Trapiche House, justamente en la cuarentena la gran diferencia del consumo de la shacta se ha dado en los usos que la gente huanuqueña le daba.
“Mucha gente en Huánuco adultera la shacta. También le dan usos medicinales y, ahora, gracias a la pandemia, ha vuelto el conocimiento de cómo usar esta bebida para este tipo de necesidades”, indica.
“Entre las medidas que se han tomado ante las alteraciones que le dan algunas personas a la shacta destaca que, mediante las redes sociales, los fundos promuevan el uso correcto de este licor”, precisa.
Asegura que no necesariamente hay que vender el licor en presentaciones pequeñas y baratas. La idea es que las presentaciones sean originarias de los fundos, pues representan a nuestra región.
López Cabanilla indica que el Congreso de la República dio paso a una reunión en donde convocaron a todos los productores de shacta que están en Huánuco. Luego, los productores sostuvieron un encuentro con todo el personal de trabajo que está involucrado en este mercado. Bartenders, comercializadores y dueños de bares, entre otros, se sumaron.
Gracias a esta reunión se generaron puntos muy importantes, como la fiesta de la shacta, que es prácticamente algo representativo para todos los huanuqueños.
A pesar de la pandemia, los productores de esta bebida participaron en la tradicional fiesta de la shacta el 12 de setiembre. En ella, participaron los propietarios de los fundos productores de aguardiente.
En la importante actividad, que se realizó de manera virtual, dieron a conocer el valor como patrimonio cultural de la nación, los procesos de producción, usos y coctelería; así como la concientización sobre la adulteración de la calidad de la shacta y un demo de degustación virtual presentando como bebida refrescante a base de este producto “La Chilcana”.
Cabe mencionar que para lograr la reincorporación de la comercialización de la shacta después de la pandemia, los propietarios de los diferentes fundos promueven el uso medicinal del aguardiente.
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