Serios daños deja incendio

El incendio iniciado en las laderas de los cerros de Yanamayo dejó serios daños. Afortunadamente, fue controlado, pero penosamente, este fenómeno se presenta todos los años. Los campesinos tienen el mal hábito de quemar los pastizales o áreas de cultivo. 

Le prenden fuego y después este se vuelve incontrolable, como muestra, 500 hectáreas de terreno han sido afectadas, poniendo en riesgo a todos los vecinos y sus bienes.

Es más, el año pasado gracias a estas acciones, se produjo un incendio que arrasó cerca de 400 hectáreas.

En una reacción oportuna, la compañía de Bomberos de Huánuco, de Amarilis, los Serenazgos de los distritos de Panao, Molino, Umari y Santa María del Valle, lograron actuar a tiempo. Dicho eso, nunca antes hubo una movilización de auxilio de esa magnitud. 

No es para menos, no solo pastizales perdidos, sino también, especies animales y vegetales, lo que es peor, se puso en riesgo la vida de familias enteras.

Se han afectado también algunas áreas de restos arqueológicos. Asimismo, había mucha preocupación de que el fuego se extienda hacia el monte Potrero, una reserva presente en la provincia de Pachitea, así como también al pueblito de San Marcos que pertenece al distrito de Umari.  

La quema, es una mala práctica ancestral, donde los agricultores realizan las quemas controladas en las áreas de cultivo, una vez barbechada esa hierba seca, ésta se junta y se prende. Sin embargo, en muchos casos, como el sucedido hace dos días, se prenden las plantas e hierbas secas sin ninguna intención de controlar el fuego y como resultado ocasionan tragedias.

Estas prácticas no deberían llevarse a cabo y, en el peor de los casos, debe haber una sanción para evitar mayores daños.

Tengamos en cuenta que estas quemas se realizan para eliminar malas hierbas, plantas muertas, plagas y para regenerar los pastos.

Por supuesto que actualmente existen nuevas formas de solucionar estos problemas, el inconveniente está en la poca capacitación y concientización que recibe el agricultor. 

Es indispensable trabajar en la educación ambiental, se tiene que concientizar a las personas sobre los riesgos y peligros de la tala y la deforestación, labor que debe iniciar desde los primeros niveles de educación.

Por otro lado, teniendo conocimiento de los estragos a consecuencia del cambio climático, es de suma urgencia que las autoridades, esta vez, traten de cumplir sus funciones. La deforestación y la tala descontrolada está ocasionando enormes efectos negativos en nuestro planeta, por lo que las autoridades deberían de priorizar acciones para contrarrestar esta situación.