Resurgiendo tras la tempestad

La temporada de lluvias se aleja, dejando tras de sí pueblos devastados, familias damnificadas y una crisis humanitaria que ha puesto a prueba la resiliencia del pueblo huanuqueño. Ahora, con el agua retrocediendo, queda la tarea de reconstrucción y prevención. Autoridades y ciudadanos deben unir fuerzas para resurgir con mayor fortaleza y previsión.

En una paradoja constante, mientras en las zonas altas la falta de agua es un problema, en las partes bajas el exceso ha sido una maldición. Durante semanas, lluvias intensas golpearon a Huánuco, llevando a la región a una situación de emergencia. Hoy, la atención debe centrarse en la recuperación. El gerente del área de Desarrollo Social del Gobierno Regional, Luis Caldas, menciona que se están gestionando apoyos a distintos niveles para reconstruir viviendas, recuperar los campos de cultivo y fortalecer la respuesta sanitaria con el respaldo de centros de salud, la policía y las municipalidades.

Uno de los principales desafíos ahora es la lucha contra el dengue, una amenaza que se agrava con la acumulación de aguas estancadas. Las estrategias de erradicación deben ejecutarse de inmediato, con planes coordinados entre el programa Barrio Seguro, las autoridades sanitarias y las comunidades. La prevención será clave para evitar que la crisis de las lluvias se transforme en una crisis de salud pública.

A pesar de la adversidad, Huánuco demuestra su espíritu solidario. Grupos de ciudadanos, junto con instituciones, han brindado apoyo a los damnificados. Se han entregado alimentos, colchones y camas, como lo confirmó el alcalde de Amarilis. Esta unión de esfuerzos es un ejemplo de lo que se puede lograr cuando la comunidad trabaja en conjunto.

Sin embargo, el proceso de recuperación no puede depender solo de la buena voluntad ciudadana. Es imperativo que el Gobierno Regional asuma su responsabilidad y agilice la rehabilitación de carreteras, esenciales para que los campesinos puedan transportar y vender sus productos agrícolas. Sin vías de comunicación, la economía local seguirá estancada y la crisis se prolongará.

Por otro lado, la gestión municipal debe mostrar mayor compromiso. Hasta ahora, el alcalde provincial parece más interesado en las apariciones públicas que en la acción concreta. Los daños ocasionados por las lluvias siguen sin ser atendidos, las calles de Huánuco permanecen en mal estado y las promesas de campaña aún no se materializan. ¿Hasta cuándo la población deberá esperar que se cumplan los compromisos asumidos?

Después de la tormenta viene la calma, pero la reconstrucción no ocurre por sí sola. Es momento de trabajar con determinación, de convertir la solidaridad en acción efectiva y de exigir que quienes ocupan cargos de liderazgo cumplan con su deber. La naturaleza nos puso a prueba; ahora nos toca demostrar que podemos levantarnos con más fuerza.