Reavivando el patriotismo en Huánuco

A medida que nos adentramos en las calles de Huánuco y de sus alrededores, podemos notar una ausencia importante, una ausencia que alguna vez fue parte intrínseca de nuestras vidas: la bandera peruana flameando en los tejados de nuestras casas. 

En años anteriores, nuestros padres y abuelos, con un fervor patriótico digno de admiración, no dudaban en desplegar nuestro estandarte bicolor durante todo el mes de julio. Hoy, lamentablemente, este acto de civismo parece haberse desvanecido.

Es posible que nuestra educación esté fallando en inculcar el amor y respeto a nuestros símbolos patrios. Antes, el aprendizaje de estos valores era parte fundamental de nuestra formación. ¿Acaso nos hemos olvidado de la importancia de honrar a aquellos que dieron su vida para que pudiéramos tener estos emblemas?

Hace algunos años, bastaba una ordenanza municipal para que todas las banderas se desplegaran en cada rincón de la ciudad. Hoy, no debería ser necesaria tal ordenanza. Si amamos a nuestro país, si nos enorgullece ser peruanos, deberíamos querer honrar nuestra bandera, el emblema de nuestra unidad y libertad.

En este contexto, hacemos un llamado a las autoridades municipales de Huánuco a promover la adopción de una ordenanza que impulse el izamiento de la bandera en las viviendas de la ciudad. Pero más allá de la intervención de las autoridades, es responsabilidad de cada uno de nosotros, los ciudadanos, asumir este reto.

Al recordar a héroes como el coronel Alfonso Ugarte, quien prefirió lanzarse al mar en el Morro de Arica antes de permitir que la bandera peruana cayera en manos chilenas, debemos recordar el amor y la devoción que tenemos por nuestra nación.

Por tanto, les instamos a todos a incentivar el patriotismo en sus hijos, familiares y amigos. Adquirir y desplegar una bandera no es más que un pequeño sacrificio económico, pero el impacto simbólico y emocional es inmenso. No importa el material, lo esencial es su significado: el blanco, representando la paz que buscamos, y el rojo, recordándonos el amor y sacrificio de nuestros antepasados.

Honremos nuestra historia, nuestro presente y nuestro futuro, abanderando nuestras casas. Despleguemos nuestro amor por el Perú y renovemos nuestro compromiso con nuestra patria.