Definitivamente no valoramos nuestros restos arqueológicos en Huánuco. Un ejemplo de ello fue la información que publicamos en nuestra edición de ayer. El fin de semana, una cuadrilla de Negritos realizó un cortamonte a pocos metros del centro cultural Shillacoto, área que dicho sea de paso es intangible. Los vecinos, según cuenta, se comunicaron con serenazgo y nadie hizo caso a su llamado.
Además de eso, es una falta de respeto a la fe. Estamos en tiempos de cuaresma y aun así mucha gente sigue danzando alrededor de un indefenso árbol, con el único propósito ganar plata y de consumir alcohol, o pro bolsillo de algún invasor de los intangibles terrenos de ese lugar.
Es muy cierto que en esta ciudad no se tiene lugares de esparcimiento al aire libre, ya no se tiene parques y campo ferial como en otros lugares, para el solaz de la familia, por lo que algunos optan por utilizar algunos lugares prohibidos.
No se debe atentar contra los pocos lugares que se tiene para vender como atractivo turístico, por más que estén tan abandonados. Quienes tienen la responsabilidad de cuidarlo o ponerlo en valor, no han colocado siquiera un aviso o cartel que indique la importancia del sitio. Resulta pues paradójico que un asiento arqueológico funcione como letrina sanitaria, por obra y gracia de gente que desconoce lo que significa un lugar como este y de funcionarios que no les interesa hacerlo respetar. Ojalá que la Municipalidad de Huánuco o el Gobierno Regional cerquen el lugar, ya que la Dirección de Cultura no existe en Huánuco.