PASIÓN Y RESPONSABILIDAD

Escrito por: Arlindo Luciano Guillermo

Desde hace 33 años, todos los días, a las 7:00 a.m. (excepto feriados, cuando no hay fluido eléctrico o la salud conspira), empieza el noticiero 97.7 al Día en Studio 5 (“Siempre con lo mejor”), lo mismo ocurre los sábados con Prisma, revista radial de carácter político y cultural. El conductor y director es Rubén Pedro Valdez Alvarado: veterano periodista, de voz engolada, correcta dicción y respiración técnica para las pausas y la entonación, lúcido, habitualmente prudente con la versión periodística, objetivo, analista clarividente de la coyuntura y la prospección de los hechos sociales; es lo mejor (sin desmerecer a los demás que inspiran también admiración y consideración) que tenemos en el periodismo de opinión, de análisis político, conducción de un noticiero con responsabilidad, veracidad, apertura y objetividad de la información. Sabe, por convicción, que el mayor tesoro que tiene un periodista es la credibilidad y confianza de los ciudadanos.

Periodista y profesional con pensamiento social, empresario, difusor de la cultura y la música tradicional huanuqueña (Huánuco Contigo) y académica (Concierto), impulsor del Día de la Canción Huanuqueña, gran lector de literatura y ciencias sociales cuya probidad y amabilidad es digno de consideración y elogio en vida, esposo de Rocío Isabel (hija de Andrés Fernández Garrido), padre de dos jóvenes emprendedores. Pero Rubén Valdez es esencialmente periodista y así lo conocemos desde hace 40 años. Lo dice él mismo cuando le pregunto qué representa el periodismo en su vida profesional: “En lo personal, el periodismo es la forma de ejercer mi deber ciudadano. Siempre consideré al periodismo como un servicio profesional con valor público. Es un ejercicio cotidiano orientado a brindar, en lo posible, una información de calidad, considerando los estándares del periodismo independiente y democrático”; ese es el periodista Rubén Valdez, cuya amistad y ejercicio del periodismo tienen larga data: vecinos en el Jr. Abancay (paradero 2, Paucarbamba), en 97.7 al Día, Prisma, Expresión Regional. Siempre admiré su inteligencia, sus lecturas variadas, el análisis oportuno, el consejo pertinente, pero, sobre todo, la amistad sincera y duradera. Siempre advertí su pasión por el periodismo que lo considera, como Gabriel García Márquez, el mejor oficio del mundo. Esa vocación transmitía y yo lo imité.

Hasta el miércoles 7 de julio, en el blog o foro digital Patamarilla.com, que edita y dirige otro gran periodista y abogado, Juan de la Puente (paisano nuestro), Rubén Valdez ha publicado 10 artículos políticos de opinión. Ahora no solo escuchamos sus “editoriales radiales”, sino también lo leemos en las redes sociales con interés, como una fuente necesaria de consulta sobre la coyuntura política, la performance de las instituciones públicas del Estado, el comportamiento de los ciudadanos, la actitud de los líderes y la responsabilidad de los partidos políticos y las vicisitudes del devenir histórico del Perú que incluye a Huánuco. Los artículos de opinión de Rubén Valdez no fluyen de la inspiración, como en los poetas románticos y modernos, sino del análisis social, haciendo seguimiento paciente a los actores políticos, sereno y con objetiva frialdad, sin apasionamiento ideológico ni agitación emocional. Rubén Valdez es lector de libros de política, periodismo, sociología y otras ciencias sociales que dan a conocer cómo camina, se acomoda y avanza la sociedad y la globalización y cómo, a la vez, se fortalece la identidad cultural de los pueblos con la modernidad. Últimamente (sin necesidad de vernos “feis tu fies”) me contaba de dos libros: Identidad. La demanda de dignidad y las políticas de resentimiento (2019) de Francis Fukuyama, que de inmediato compré, y El harahui y el yaraví de José Varallanos, a raíz del lanzamiento del yaraví Ojitos negros. Entonces le preguntó: “¿Valió la pena hacer periodismo?” Me responde sin vacilar. “Por supuesto que sí, con todos sus sabores y sin sabores”. Los artículos que publica en Patamarilla.com también aparecen en Página 3.  

Rubén Valdez no será el ciudadano del bicentenario, pero sí, sin duda, uno de los testigos, desde la sociología y el periodismo, más importantes de Huánuco y del Perú desde la década del 80 hasta hoy. Vivió con valentía, coraje, sin dejar de decir la verdad ni cuestionar las prácticas antidemocráticas y dictatoriales del fujimorismo, Montesinos, secuaces y operadores políticos que amedrentaban a todo aquel “atrevido” que pensaba diferente; la subversión senderista no calló su voz ni su opinión discrepante. Desde 97.7 al Día, Prisma y la revista Expresión Regional, verdaderas trincheras d e libertad de expresión y cátedra de periodismo independiente y objetivo, dio la batalla a favor de la democracia, la alternancia de poder, el respeto de la autonomía de las instituciones públicas, transparencia del desempeño público, el equilibrio político, la gobernabilidad, la verdad y la necesidad de pensar en el desarrollo económico de los pueblos y el bienestar de los ciudadanos. El ejercicio periodístico de Rubén Valdez y de 97.7 al Día siempre estuvieron, como artillero debajo del cañón, en la línea del desarrollo social y cultural de Huánuco, sin darle uso político ni partidario para una candidatura ni ocupar cargos públicos. Rubén Valdez también estudió música, canto, es un apasionado difusor, desde radio Studio 5, de la música tradicional huanuqueña y académica.  

Sin desmerecer la calidad del ejercicio profesional de los periodistas locales, Rubén Valdez es uno de los mayores periodistas de Huánuco desde la década del 80 del siglo XX.  Le pregunto por las satisfacciones que le dio el periodismo y dice: “Una de las grandes satisfacciones, creo, es haber contribuido con el fortalecimiento democrático e institucional de la sociedad, aun en espacios pequeños, considerando que la información trasciende lo cotidiano. Al referirse al balance de su desempeño periodístico confiesa: “En mayo último cumplí 40 años de ejercicio pleno y consecutivo del periodismo, sin resquicios ni temores ni frustraciones. En estas 4 décadas llegué a comprender, en la práctica, que el periodismo libre e independiente es la esencia de la democracia”.