Panao, la capital de la provincia de Pachitea, conocida por su riqueza agrícola con toneladas de papa, café y cacao, enfrenta un alarmante atraso en su desarrollo. Tierra del ilustre Javier Pulgar Vidal y hogar del autor de esta nota, esta región parece ser víctima de una desidia constante por parte de sus autoridades.
Una de las noticias más desalentadoras es que en pleno 2024, apenas una mínima parte de la población de Panao cuenta con acceso a agua potable. El alcantarillado y el desagüe son casi inexistentes en la ciudad, una realidad compartida por otras capitales distritales, salvo Molino, donde se han realizado algunas obras gracias a gestiones cuestionables. Cabe mencionar que dichas obras estuvieron marcadas por denuncias de corrupción, involucrando incluso al esposo de una congresista, quien ahora está prófugo.
El actual alcalde, Roger Venancio, ha admitido públicamente la magnitud del abandono que afecta a Panao. Sin embargo, su gestión deja mucho que desear, con menos del 45% del presupuesto ejecutado. Las calles están llenas de desmontes, piedras y restos de obras paralizadas desde hace más de un año. Un caso emblemático es el estadio de la ciudad, un espacio destinado al deporte juvenil que hoy se utiliza como depósito de escombros.
Esta inacción no es nueva. Administraciones pasadas también fallaron en cumplir con las necesidades de la población, dejando hospitales y escuelas en ruinas. Los niños asisten a instituciones sin muros de seguridad ni patios adecuados, mientras la idea de bibliotecas parece un sueño lejano.
La corrupción es un problema endémico. Exalcaldes han utilizado los recursos públicos en beneficio propio, como ocurrió con un vehículo oficial cedido para una campaña política. Mientras tanto, el presupuesto destinado a proyectos esenciales está en riesgo de perderse por falta de ejecución.
A pesar del desánimo generalizado, aún queda una última esperanza: los 12 meses restantes del mandato actual. Es fundamental que las autoridades locales y regionales, lideradas por Antonio Pulgar, asuman su responsabilidad y trabajen de manera conjunta para revertir esta situación. El acceso al agua potable, la construcción de infraestructura básica y el impulso al agro deben ser prioridades inmediatas para devolver la dignidad a esta provincia y a sus ciudadanos.
