Niños en confinamiento: ¿cómo ayudarlos a manejar el estrés?

El estrés, el miedo y la ansiedad son algunos de los sentimientos que pueden presentar los niños en confinamiento provocados por la pandemia del COVID-19. Por ello, en estos casos se recomienda a los padres estar en constante comunicación para explicarles que esta situación es temporal.

Ante esta realidad y sabiendo que los niños son esponjas emocionales, muchos especialistas infantiles, aseguran que los menores tienen una capacidad de resiliencia enorme y lo están demostrando a diario, dando verdaderas lecciones de vida, de adaptación y de ilusión.

Hoy cuando se cumplen 6 meses del confinamiento muchas familias deben haber experimentado: 

  • Situaciones de enfado
  • Irritabilidad
  • Tristeza
  • Ansiedad
  • Conductas desafiantes
  • Alteraciones en el sueño

Pero en muchos casos, también habrán experimentado:

  • Situaciones de complicidad
  • Risas
  • Ternura
  • Juegos
  • Todo esto aderezado con muchos gestos de cariño.

Sam Cartwright-Hatton, profesora de psicología en la Universidad de Sussex, en Reino Unido, recomienda establecer una rutina clara, especialmente para los más jóvenes. Por ejemplo, un par de horas de estudio en la mañana y alguna actividad de artesanía por la tarde.

La psicóloga también explica que los niños preadolescentes “se aíslan rápidamente” si pasan mucho tiempo a solas.

Por ello, los padres deben jugar con ellos y motivar a los más aventureros a tomarse esta situación como una “aventura”. Debe tenerse en cuenta de que esta estrategia quizás no funcione con niños más sensibles, los cuales necesitan que se les tranquilice más.

Por su parte, Nancy García Baraja, psicóloga y psicoterapeuta infantil señala que es necesario tener una explicación de lo que ocurre y tener el control en la medida de lo posible de lo que acontece.

“Es importante que se les explique de una forma en la que no sea alarmista que estamos cuidando nuestra salud, y contribuyendo para que el virus no se propague”, agregó García.  

Recomendaciones de la Unicef

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia público una serie de recomendaciones entre ellas destaca:

  • Limitar el acceso a la televisión y a las redes sociales ya que una sobreexposición a información aumenta el estrés y el miedo.
  • Mantener la calma, especialmente porque los menores de 12 años tienden a reaccionar como sus padres lo hacen.
  • Realizar actividad física procurando que no pasen más de 60 minutos frente a la televisión o cualquier otro tipo de pantalla.
  • Establecer una rutina de horarios para darles estructura y un sentido de vuelta a la normalidad.
  • No recurrir a la violencia como golpes y gritos que agravan la situación de estrés.

Consejos según edades

Rosa Jové, psicóloga infantil y autora del libro la crianza feliz, señala que los padres y madres deben establecer rutinas de acuerdo a las edades:

De 0 a 2 años:

Lo importante a estas edades no son las rutinas, sino que se lo pasen bien, que jueguen mucho y hagan actividades lúdicas y que no se agobien.

De 3 a 6 años:

Es bueno mantenerlos informados de lo que sucede, pero hasta cierto punto porque se dan cuenta de grandes cambios y necesitan una explicación que les tranquilice. Hacer juegos en donde desarrollen su imaginación (pintar, bailar, cantar, disfrazarse…). 

De 7 a 12 años:

No solo deben estar informados de lo que sucede, sino de que sean proactivos y ellos se protejan, lavándose las manos y manteniendo la distancia social. Si aún no saben lo que es la distancia social, es importante explicárselo para que actúen en consecuencia.

Una oportunidad para aprender en familia

Por otro lado, la situación de confinamiento reduce el estrés escolar y aumenta los espacios de ocio, de relax y convivencia. Los niños tienen una elevada capacidad de adaptación al entorno.

  • Dar espacio a la creatividad, compartir espacios de juego y observar como lo resuelven les empodera, les genera autonomía y mejora su autoestima.
  • Muéstrese comprensivo ante las reacciones de los niños, escuche sus preocupaciones y ofrézcale más amor y atención.
  • Acuérdese de escuchar a sus hijos, hablarles con amabilidad y tranquilizarles. Cuando sea posible, organice momentos de juego y relajación con su hijo.
  • En caso de separación (por ejemplo, hospitalización), asegúrese de mantener contacto frecuente (por ejemplo, a través del teléfono y si fuera posible realizando video llamadas) y ofrecer consuelo

Es tiempo de conocimiento y de reconocimiento mutuo en las familias, de practicar la escucha interior de nuestras emociones y de las de nuestros hijos, de cultivar la paciencia y a través de la palabra llena de cariño.

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