Multitudinario adiós a escritor llatino

En medio del llanto, dolor y consternación de familiares, amigos y vecinos fueron sepultados ayer domingo 19 de mayo, en el cementerio general de esta ciudad, los restos del gran escritor llatino Moisés Nicanor Herrada Tello.

Cientos de personas acompañaron el féretro, que inicialmente, al mediodía, salió de la casa familiar y luego de la misa celebrada en la Iglesia Matriz, el cortejo fúnebre pasó por la capilla de la Virgen del Carmen de la que era asiduo e infaltable devoto el desaparecido cronista llatino. Al promediar las 3 de la tarde, el camposanto recibía una masiva concurrencia que con mucha pena y congoja despedía a uno de sus hijos predilectos.

El sacerdote Andrés Manziana de origen italiano, que radica cerca de 15 años en Llata, muy amigo del difunto, no pudo contener su emoción y literalmente durante los 60 minutos que celebró la misa no pudo contener las lágrimas. Las danzas de los negritos y la jija, que por más de 40 años lo tuvieron en sus filas, no podían estar ausentes en esta fecha, con cada paso y melodía hacían estremecer a los presentes, allí estaba danzando “El chino moiche”.    

La ciudad de Llata, por muchos día seguirá de duelo, las banderas flamean a media asta, se trata de una muerte muy sentida de los últimos años, nuestro literato  deja un tremendo vacío que difícilmente será llenado, su sentida partida no solamente hará falta a su familia, sino a la población en su conjunto.

Don Moisés Herrada Tello, autor de 3 libros: “tiempos difíciles”, “bravos recuerdos” y “crónicas de Llata – La Virgen del Carmen”, a la edad de 68 años, falleció el viernes último en un absurdo accidente de tránsito que uno no termina de entender. Sale de su casa con destino a su chacra, aborda una moto taxi y apenas 60 segundos después, el trimóvil que lo conducía es apenas golpeado por un ómnibus, cae a una pequeña pendiente y se golpea mortalmente la cabeza en una piedra.

Terrible final para un escriba de fecunda labor literaria, obra que queda inconclusa por esos azares de la vida. Un día antes de su deceso, el propio gobernador regional Juan Alvarado Cornelio, le había hecho entrega de la resolución designándolo como director de la Subregión de Huamalíes, hecho que lo llenó de alegría, según cuenta su difunta esposa Elizabeth Vivas Venturo.

El también docente de profesión, será recordado por su calidad de persona, hombre honesto, gran ciudadano, humilde, respetuoso, atento y muy querendón con propios y extraños; con una biografía muy intensa, de una prodigiosa memoria, notorio talento creativo, gran amor por la vida y una fe inquebrantable.

Fue escritor, regidor provincial, deportista, danzante, difusor cultural y otras tantas actividades que desarrollaba intensamente y en cada una de ellas destacaba ampliamente. Como el cuarto de ocho hermanos y padre de 2 hijos (Manuel y Victoria) a diferencia de sus parientes, decidió vivir para siempre en su querida Llata.

El Perú, tiene a su cronista Ricardo Palma, Huánuco despidió hace poco al maestro cronista Virgilio López Calderón, Llata–Huamalíes, llora la partida de su gran cronista Moises N. Herrada Tello.