Más pobres, más marchas

Vivimos en un país hermoso y único en el mundo, donde la naturaleza y Dios nos proveen abundantes riquezas. Sin embargo, si nuestra región o país no ha despegado hacia al desarrollo es por la poca visión de los políticos y mal llamadas “autoridades”, cuyas gestiones se redujeron solo a la corrupción y satisfacción de intereses personales. Como resultado, nuestra región, está como está, con escaso nivel de desarrollo, poca inversión privada en industrias, pocas obras de impacto, bajo nivel educativo y alto nivel de corrupción.

Para hoy, la CGTP ha anunciado una marcha a nivel nacional y todos los ojos están en la marcha que se realizará en la capital, en la denominada “toma de Lima”. 

Cientos de personas siguen llegando a la capital para esta marcha que promete ser contundente.

Lo preocupante es que entre los ciudadanos, que buscan protestar de manera pacífica, habrá personas que están totalmente dispuestas a generar violencia y caos, y eso es lo preocupante.

Anoche en Juliaca, un grupo de “protestantes” incendiaron una comisaría y una oficina de la Corte Superior de Justicia de Puno, donde se guardaban expedientes judiciales. Este tipo de ataques no vienen de ciudadanos que solo buscan ejercer su derecho a la protesta, sino vienen de otro grupo orquestado para justamente crear este caos. 

Nosotros mismos hemos participado en marchas cuando éramos profesores con el glorioso Sutep, en esa huelga del año 79, en la que exigíamos mejores remuneraciones, mejores locales escolares, caminos hacia las escuelas, agua y desagüe para los centros educativos, etc. Éramos ciudadanos que marchábamos por un bien común y con conocimiento de causa, y no improvisación ni manipulación.

Hoy, penosamente, la realidad es otra, se exige un pliego de reclamos que es imposible de satisfacer y que solo provocaría una mayor crisis política a nuestro país. Nos preguntamos, ¿dónde está el beneficio común en estos reclamos?, ¿qué gana nuestro país?, ¿o se trata solo del interés de ciertos grupos?