La urgencia de las ambulancias y el abandono en Huánuco

Han pasado dos años desde que el Gobierno Regional de Huánuco prometió la compra de 35 ambulancias necesarias para atender a los pueblos lejanos y distritos de la región, y hasta el día de hoy, esa promesa sigue sin cumplirse. El consejero regional, Olchese Tarazona, ha denunciado sin tapujos esta grave situación, señalando la incapacidad del gerente de Desarrollo Social para concretar la adquisición, una tarea fundamental para el sistema de salud de Huánuco. Esto no es más que un golpe a la pobreza y una traición a las personas que más necesitan de los servicios médicos.

La situación es especialmente alarmante cuando recordamos las recientes emergencias por incendios en varias localidades de la región, en las que ni siquiera se pudo brindar apoyo a los bomberos debido a la falta de ambulancias operativas. Es indignante pensar que en los papeles estas ambulancias existen, pero en la realidad, las comunidades siguen desamparadas.

El consejero Tarazona ha denunciado un desinterés general por parte del Gobierno Regional en resolver esta situación. La burocracia, los errores en los expedientes, y posiblemente otros intereses ocultos como prebendas o corrupción, parecen ser las razones por las que el proyecto sigue estancado. No es la primera vez que esto sucede en Huánuco; ya en el pasado, bajo la administración de Juan Alvarado, vimos cómo la mala gestión y los sobreprecios en la compra de equipos para docentes llevaron a su encarcelamiento.

Ahora, con el actual gerente de Desarrollo Social, Mirosaki Ramírez, se repite la historia. Ramírez ha indicado que, recién en 2025, se resolverán los problemas técnicos y administrativos que impiden la compra de las ambulancias, y siempre y cuando el Consejo Regional lo apruebe nuevamente. Es inconcebible que una región con tantas necesidades tenga que esperar tanto tiempo para un servicio básico y urgente como este.

Huánuco no puede seguir esperando. La falta de ambulancias pone en riesgo vidas, y si no ha habido más tragedias es por pura suerte. El gobernador debe tomar cartas en el asunto, dejar de lado las excusas y ordenar la compra inmediata de las ambulancias. Las vidas y la salud de la población no pueden seguir dependiendo de la ineficiencia burocrática o la negligencia administrativa. Es hora de que el gobierno actúe con responsabilidad.