Como sabemos, los problemas en los servicios de Salud y Educación en nuestra región son bastante críticos y se arrastran desde hace décadas. Si bien es cierto que las nuevas autoridades están demostrando iniciativa para identificar los problemas y sus raíces y buscar posibles soluciones, pues estas podrían venir luego de varios meses e incluso de años, por supuesto, solo si trabaja de acuerdo a un plan consensuado y con el apoyo de los participantes de estos sectores.
¿Es imposible? No; sin embargo, no será nada fácil, se requiere trabajar con los correctos actores, evitar el cálculo político, hacer mucha sensibilización y expectorar a los malos elementos.
Dicho esto, los directores, tanto de la DRE como del hospital Hermilio Valdizán, tienen tareas muy complicadas de solucionar, y muchas veces los mismos funcionarios enquistados en las instituciones son los boicotean estos cambios y reorganizaciones para continuar con sus gollerias y muchas veces actos de corrupción.
Esto se da con mucha más frecuencia en el sector salud, donde los abusos, malos tratos y carencias se aprecian a diario, y más aún en emergencias, asimismo, los trabajadores, encargados de atender a los pacientes, han perdido la empatía, demostrando una alta tendencia a tratar con superioridad a los enfermos.
En el caso de la educación, no solo es la falta de infraestructura, sino también de cursos clave que se requieren para que los escolares conozcan más de nuestro país y lo aprendan a valorar.
Por ejemplo, el curso de Educación Cívica que enseña valores, patriotismo y, por supuesto, a conocer la Constitución del Perú, de tal manera que los ciudadanos no sean sorprendidos cuando se hable de cambio de Constitución y puedan debatir, con total conocimiento, si se requiere o no un cambio total o una reforma.
Por otro lado, la cultura básica y geografía, un gran porcentaje de personas no sabe cuántos distritos y provincias tiene el departamento, tampoco conoce el nombre de las autoridades y por último no tienen idea de cuáles son los principales problemas de sus ciudades y comunidades, lo cual es penoso si es que como ciudadanos exigimos un cambio social para bien.
Por último, la calidad de la educación que se brinda en las escuelas ha disminuido considerablemente. Los directores de los centros educativos han perdido la mística y el norte; es más, un importante porcentaje de profesores no es capaz de aprobar las evaluaciones correspondientes. Peor aún, se han dedicado a la política, y, sí son malos docentes, van a ser malos políticos y lo están demostrando en el Congreso.