LA FUNDACIÓN ESPAÑOLA DE HUÁNUCO

Por: Eliseo Talancha Crespo

Desde tiempos prehispánicos, los huanuqueños somos herederos de una extraordinaria riqueza histórica. La historia del Perú comienza en Huánuco, ya que en las Cuevas de Lauricocha, el sabio huanuqueño Augusto Cardich encontró los restos fósiles más antiguos de nuestra patria. En Huánuco se ubica el centro arqueológico de Kotosh, que según los estudios de Julio C. Tello y Seichi Izumi es un eslabón muy importante de la civilización peruana, con su enigmático templo de las manos cruzadas.

En las cuencas del Marañón, Huallaga y Pachitea se han asentado los guanucos, huacrachucos, chupaychos, panataguas y otros reinos que nos han legado centros arqueológicos preincas como los imponentes rascacielos de Tantamayo, Garu, Atash, Kotosh, Huanacaure, entre otros. Pero la obra mayor de la civilización huanuqueña es el centro arqueológico de Huanuco Pampa o Huánuco Viejo, otrora capital del Chinchaysuyo y uno de los centros administrativos más importantes del Tahuantinsuyo.

Y decimos Huánuco Viejo porque, como contamos en nuestro libro “La Conquista Española de Huánuco”, al producirse la captura del inca Atahualpa, Francisco Pizarro encomendó a su hermano Hernando Pizarro inspeccionar los territorios del Tahuantinsuyo para prevenir posibles levantamientos de indios. Es así que por el camino del Qapac Ñan y luego de recorrer los pueblos de Pachacamac, por la ruta de las pampas de Bombón, Huarautambo y Tunsucancha, Hernando Pizarro arribó a la ciudadela inca de los wanukos el 28 de marzo de 1533.

Años más tarde, tras culminar la sangrienta batalla de Las Salinas entre almagristas y pizarristas, los hermanos Hernando y Francisco Pizarro ordenaron a sus capitanes explorar y fundar nuevos centros de colonización y cristiandad. Es así que el capitán Gómez de Alvarado y Contreras fue comisionado para someter al insurgente Illatupac y fundar una ciudad española en la provincia de los wuanukos.

Al mando de unos 50 hombres, entre los que destacaban Juan Tello de Sotomayor, Miguel de la Serna, Rodrigo Martillos, Diego de Carbajal, entre otros, el capitán Gómez de Alvarado en julio de 1539 partió de la ciudad de Lima en dirección a la capital del Chinchaysuyo. Según el testimonio de los cronistas Herrera y Cieza de León, luego de sostener algunos enfrentamientos con el rebelde Illatupac, quien se replegó hacia Huacrachuco, Gómez de Alvarado el 15 de agosto de 1539 procedió a fundar solemnemente la ciudad española en la misma área que ocupaba la ciudadela inca de Guanuco Marca, ubicada actualmente en la Comunidad de Aguamiro, distrito de la Unión, provincia de Dos de Mayo.

Bajo la advocación de la Virgen de la Asunción y en cumplimiento de las ordenanzas de entonces, se procedió a levantar la picota en señal de justicia civil y criminal, se señaló el sitio para la iglesia, se delinearon las calles, se trazó el plano de la urbe, se distribuyeron solares a los vecinos fundadores y se designó a Rodrigo Martínez y Diego de Carbajal como Alcalde Mayor y Alcalde Ordinario, respectivamente.

Atendiendo a las quejas del Cabildo y encomenderos de Lima, Francisco Pizarro le quitó a Huánuco la categoría de ciudad, reduciéndola a una simple villa, sujeta a la ciudad de los Reyes. El indomable Illatupac continuaba con sus incursiones, llegando a sitiar la ciudad para obligar a los españoles a rendirse. Fueron estas dos razones las que obligaron a Gómez de Alvarado a abandonar la región y dirigirse a Lima, originando su despoblamiento y traslación al valle del Pilko, habitado por los chupaychos cuyos territorios, según las investigaciones del historiador Eliseo Talancha, ya habían sido recorridos a mediados de 1538 por el capitán Alonso de Mercadillo.

Según los relatos del historiador José Varallanos, los españoles se desplazaron por las serranías de los actuales pueblos de Chupan, LLacón y Quera, llegando a dar por las alturas de Pachabamba donde fueron bien recibidos por los caciques Pariacaico y Masgo. De allí pasaron al paraje que hoy se conoce como Santa María del Valle y, guiados por los caciques, continuaron río arriba hasta dar con la planicie que hoy ocupa la actual ciudad de Huánuco, capital de la provincia, departamento y región del mismo nombre.

Seducidos por el benigno clima y la amenidad del valle del Pillco, los españoles tomaron posesión de lo que hoy es el Huánuco Nuevo o actual, habiéndose oficiado una misa a cargo del padre franciscano Fray Pablo Coimbra en el mismo lugar que hoy ocupa la Iglesia de San Cristóbal. Aunque no se conozca el día y año de la traslación, lo cierto es que estuvo a cargo del capitán Pedro Barroso.

Instalada en su nueva ubicación, los españoles abandonaron el valle del Pillco debido a los acontecimientos políticos ocasionados por la muerte de Francisco Pizarro y el levantamiento de Almagro El Mozo. Derrotados los almagristas en la batalla de Chupas en 1542, el licenciado Vaca de Castro encomendó al capitán Pedro de Puelles someter al indomable Illatupac, que todavía seguía alzado en armas, y asimismo le encargó la refundación de lo que entonces era la villa de Huánuco.

Ante el pedido de los vecinos de Huánuco para que se les restituya la categoría inicial de ciudad y en reconocimiento a su aporte a la campaña de pacificación de la rebelión de Hernández Girón, el licenciado Vaca de Castro en enero de 1543 le otorgó el título de “Muy Noble y Muy Leal Ciudad de León de Huánuco de los Caballeros…”. Pedro Puelles esperó que se le restituya a Huánuco su categoría de ciudad para recién el 2 de febrero de 1543 proceder a reedificar la nueva urbe, levantando la picota, el acta, distribuyendo los solares, designando las autoridades y en general realizando todos aquellos actos propios de una refundación.

La fundación española de la ciudad de Huánuco no es el comienzo de nuestra historia, pero sí es el origen de una nueva vida mestiza, tan mestiza como la danza de “Los Negritos de Huánuco” que expresa la realidad del encuentro entre el mundo andino y occidental. La fundación y conquista española de Huánuco trajo consigo el cambio del sistema económico, político, administrativo, religioso y cultural de nuestros pueblos andinos. La conquista española del Huánuco prehispánico ha dado origen a una nueva cultura que hoy por hoy, en sentido positivo o negativo, nos define y caracteriza en el Perú y el mundo.