La fiebre del oro en el Marañón

Nuestra gran región es una de las que mayores recursos naturales. Tiene, comenzando por las fuentes de agua, bosques, petróleo, gas, agrícolas, minería, clima y otros; pero donde mayor volumen se encuentra es en la minería, que se explota lícita e ilícitamente. Cosa curiosa, mientras a las empresas mineras formales se les está exigiendo que eviten la contaminación, a las informales nadie las molesta. Ninguna autoridad hace nada, pese a ser más peligrosas porque contaminan los ríos y el medio ambiente en general.
Por ejemplo, en la cuenca del río Huallaga y sus afluentes trabajan furtivamente extractores; pero la última grave denuncia, es la extracción ilegal de oro en el río Marañón, cosa que preocupa por las gigantescas dragas que están contaminando con productos químicos sus aguas y están destruyendo la vida en sus riberas. A ello, se suma que las autoridades y pobladores viven atemorizados por las amenazas de los mineros si los denuncian.
Esta minería ilegal está trayendo graves secuelas como desapariciones, prostitución, delincuencia y otros males, sin que ninguna autoridad haga algo.
La interrogante es que, si saben de esta crítica situación la gerente de recursos naturales, Sonia Santillán, o el director de Energía y Minas, Ing. Renato Besada, ¿qué acciones está tomando nuestro gobernador y las autoridades del Ministerio Público?
Este asunto es muy delicado a lo que debe sumarse la Autoridad Autónoma del Agua, que también tiene responsabilidad.
Bueno pues, la denuncia ya se realizó, ahora toca a nuestras autoridades hacer su trabajo respectivo.