LA ENSEÑANZA QUE NOS DEJAN LOS CUENTOS ANDINOS

Colaboradora diario Ahora

Escrito por: Denesy Palacios Jiménez

Si el sistema educativo peruano insistiera en la lectoescritura, tendríamos jóvenes que no solo sabrían leer y expresarse mejor, sino que conocerían su realidad narrada a través de la literatura, tenemos encumbrados representantes literarios, e incluso premios noveles, que muy bien nos ayudaría a solucionar los problemas sociales y culturales en un país con una población tan diversa y multilingüe, nos jactamos que no tenemos problemas de discriminación; pero tenemos los problemas más agudos de marginación y exclusión, por la imposición de políticas culturales y educativas, que siempre han estado de espaldas a nuestra realidad.

Digo esto, y porque trecordando los cuentos andinos, obra escrita por Enrique López Albujar y publicada en 1920, siendo esta su primera obra, nos presenta aspectos de justicia, de crimen, de venganza y costumbres como lo vemos en su obra “El Campeón de la Muerte”, donde se narran las condiciones raciales y ciertos rasgos del espíritu de los quechuas, relatados en ushanan Jampi (castigo cruel); según sus críticos, allí se mezcla la crueldad, la astucia y el misterio. También encontramos cuentos heroicos como “El hombre bandera”, generado a partir del conflicto entre Perú y Chile. Todos ellos son relatos de tipo social, que sientan las bases junto con otros connotados escritores sobre la corriente indigenista.

De gran entretenimiento como la mula de taita Ramón, Cachorro de tigre y El caso de Julio Zimmens; todos ellos narrados en una prosa lúcida, directa, con gran riqueza expresiva y por supuesto que usan la descripción como base para sus relatos.

Dentro de ello tenemos el cuento dramático “como Habla la coca”, en él se narra la lucha que establece un hombre que quiere vencer el hábito de la coca, costumbre tan arraigada en nuestro poblador andino y amazónico, especialmente del mundo rural, y es que ante la carencia de alimentos, y la sobreexplotación a la que fueron sometidos, desde la imposición del colonialismo, para ir a las minas, a los obrajes, a ampliar las fronteras de la amazonia y ganar más tierra para los hacendados llamados posteriormente terratenientes, el chacchar coca les servía para mitigar su hambre y tener fuerzas para no desfallecer. En este cuento relata los intentos fallidos para vencer el hábito de la coca.

Se aprecia no solo la temática y los recursos expresivos de los que hace gala, sino también los efectos de ficción que representa, como se puede apreciar en “Los Tres Jircas”, que, al llegar a tierras huanuqueñas, se queda prendado de tanta bondad natural, y como los tres guardianes que protegen esta ciudad son todavía visitados por los lugareños como un ritual aire libre. Es decir, narra la historia de cómo Marabamba, Rondos y Paucarbamba llegaron a convertirse en los tres cerros que hoy conocemos y que dominan la ciudad de Huánuco en la actualidad. Marabamba, donde está ubicado nuestro famoso Pillco Mozo dice es triste y bello, con la belleza de los gigantes y la tristeza de las almas solitarias; Rondos es el atropellamiento de una fuerza brutal que odia la forma, la rectitud; Paucarbamba no es como ambos quizá porque no puede o simplemente no quiere.

En fin, lo que se puede apreciar es que el indio, en la obra de Albujar, tiene una intensa relación con la tierra, y estos ajusticiamientos crueles nos dice Albujar, es la representación de una cultura bárbara que no entiende ni comprende la modernidad ni la ley occidental, pues en aquella época el tribunal de ancianos era el encargado de administrar justicia.

Los tiempos cambian, la justicia no, sigue siendo implacable con los desposeídos y con los pobladores que no entran a los cánones de la corrupción, y si quieres trabajar, en el gobierno local, regional u otras instituciones, estos desposeídos evolucionados hoy tienen que pagar (aportar o hacer una bolsa para las campañas y otros) de sus míseros sueldos a los supuestos patrones que les dan trabajo, nadie controla eso, y no pueden quejarse, porque son despedidos con la facilidad que entraron porque en su mayoría son servidores de locación, o de terceros.