Odebrecht nos ha demostrado cómo se consiguen las adjudicaciones de millonarios contratos de obras públicas. Se sabe que “pagó” más de 29 millones de dólares en el Perú a funcionarios corruptos entre los años 2003 al 2014, durante los gobiernos de Alejandro Toledo, Alán García y Ollanta Humala.
La corrupción es una lacra en el país y ocurre en todos los sectores y niveles sociales, en los que los empresarios y consorcios, para poder “ganar” una licitación, pagan entre el 10% y 20% de comisión, y son las mismas empresas las que ofrecen esto a gobernadores, alcaldes, ministros y congresistas. Para muestra se tiene en la cárcel al expresidente de la región Ancash, César Álvarez; igual que al de Cajamarca, Gregorio Santos; Iván Vásquez de Loreto; Clever Meléndez de Pasco. En el caso de Huánuco, el caso solo quedó como denuncia e investigación a Luis Picón, pese a muchas evidencias en su contra.
Las exautoridades de Huánuco lograron salvarse gracias al apoyo de fiscales que por dinero archivaban las denuncias; sino cómo se justifica la compra de propiedades a nombre de familiares o la creación de empresas a nombre de sus testaferros, para evitar el escándalo o los juicios por lavado de activos, como Cléver Zevallos, Guillermo Bocangel y otros.
Ya la gente se olvidó del “regalo” del parque de Puelles por parte del exalcade Giles a una empresa transnacional chilena, para poner a nuestra ciudad a la altura de los tiempos modernos. Nadie cree que ha sido de manera gratuita, ahora nada se da sin interés o compensación; si fuera así por qué no regalan sus propiedades a instituciones de servicio público, al padre Oswaldo o institución de bien social.
Otro ejemplo es el Congreso de la República, dominado por el partido Fuerza Popular; cuya presidenta, Luz Salgado, compró computadoras pagando un millonario sobreprecio, y tiene la desfachatez de desafiar a quien la denuncie con presentar su renuncia si se le descubre alguna inmoralidad. ¿Lo hará ahora? o solo fue una pataleta. La corrupción está enquistada en el Estado, incluso se dice que dentro del presupuesto ya están incluidas las coimas. A ese extremo hemos llegado.
Ojalá en las investigaciones del caso Odebrecht se conozca a los corruptos de los gobiernos pasados y que la Fiscalía no archive los casos como es su costumbre.