La Batalla Contra la Deforestación

La deforestación y la degradación de nuestros bosques en la región de Huánuco, Perú, son asuntos que no podemos dejar pasar. Las recientes declaraciones del gerente de recursos naturales del gobierno regional, el ingeniero Juan Desa Falcón, han resaltado un problema urgente y de gran envergadura.

Nos encontramos en una encrucijada en la que la tala indiscriminada de madera, la minería ilegal y el narcotráfico están destruyendo nuestro patrimonio natural, alimentando una economía sombría y socavando los medios de vida tradicionales de nuestra población.

Las denuncias de Desa Falcón acerca de las mafias que trafican madera desde Puerto Inca hasta Lima, sin controles ni sanciones, es una llamada de atención. Estos actos de depredación se han extendido también al tráfico de drogas, con la siembra de la hoja de coca y la producción de cocaína. Lo que una vez fue una economía sostenible basada en la agricultura local ha sido eclipsada por estas actividades ilícitas.

Este problema no es nuevo. Hace décadas, nuestros antepasados talaban una hectárea o dos para sembrar maíz, café y trigo. Pero la avaricia y la ambición, evidenciadas desde 1960 con la tala en Carpish, han llevado a una explotación masiva e insostenible de nuestros bosques.

Hoy en día, las consecuencias son palpables. Los pequeños agricultores, que alguna vez fueron la columna vertebral de nuestra economía, han sido reemplazados por una dependencia creciente de los bonos sociales del estado. Esto ha llevado a una disminución en la producción de alimentos básicos como la papa y las frutas, así como a un aumento de la corrupción y la ociosidad.

Necesitamos una solución integral y alcanzable. La solución requiere una colaboración sólida entre el gobierno regional, las fuerzas de seguridad, la sociedad civil y la comunidad internacional. 

Consideramos que es importante fortalecer los controles y las sanciones. Según algunos especialistas, se requiere implementar un sistema robusto de inspección y control para detener la tala y el tráfico ilegales.

Asimismo, promover la agricultura sostenible. Nuestros agricultores locales requieren mayor capacitación y vías de comunicación para acceder a mercados para fomentar prácticas agrícolas sostenibles.

Combatir el narcotráfico. Trabajar conjuntamente con las agencias nacionales e internacionales para detener la producción y el tráfico de drogas en la región.

Proteger las áreas vulnerables. Declarar y hacer cumplir las áreas protegidas para preservar la biodiversidad y los ecosistemas esenciales.

La deforestación en Huánuco no es solo un problema regional; es una tragedia nacional que requiere una respuesta concertada. No podemos permitir que nuestra tierra se convierta en un desierto, que nuestros bosques se pierdan para siempre.