La visita del premier y del ministro de Cultura a Huayopampa, en respuesta al desastre natural que ha afectado gravemente la zona, fue recibida con indignación por la población. Según testimonios recogidos en el lugar, los pobladores reclamaron la demora en la reacción de las autoridades y la falta de asistencia efectiva ante la crisis que enfrentan.
Tardía movilización de recursos
Una de las principales quejas de los pobladores fue que solo tras la confirmación de la visita oficial se comenzó a movilizar maquinaria y personal de emergencia. Según señalaron los vecinos, durante días han tenido que enfrentar la situación prácticamente solos, con viviendas destruidas y familias durmiendo en la intemperie.
«Esto es fácil, querían cuando ya todo está abajo. Pero ustedes no viven aquí, no ven la necesidad», expresó un poblador visiblemente molesto ante la falta de acción previa de las autoridades.
Por su parte, la arquitecta Julia, quien se encontraba en el lugar, criticó que las autoridades «solo hacen un show» en vez de actuar de manera efectiva para solucionar los problemas de la población. «Recién ahora se dan cuenta de la situación en la que vive la gente», manifestó.
Durante su visita, el premier informó que se priorizará la primera etapa del proyecto de defensa ribereña. Sin embargo, no se anunciaron medidas urgentes para atender a las familias afectadas de inmediato.
En cuanto a la capilla de Huayopampa, que sufrió graves daños, se indicó que será evaluada por el Ministerio de Cultura, aunque sin detalles concretos sobre su restauración. Según testigos, el premier apenas observó la estructura y posteriormente se retiró del lugar sin ofrecer soluciones claras.
La falta de respuestas generó tensión entre los pobladores y el premier, con momentos de confrontación verbal. Los vecinos exigieron que las emergencias sean atendidas de inmediato y no después de una semana, como ocurrió en esta ocasión.
«Ha habido dos maquinarias trabajando, pero eso no era suficiente. El apoyo debió ser inmediato», señalaron indignados los habitantes de la zona, reclamando mayor celeridad y compromiso de las autoridades.
Finalmente, el premier y el ministro de Cultura abandonaron el lugar rápidamente, lo que generó aún más frustración entre la población, que siente que ha sido ignorada en un momento crítico.