Huánuco necesita soluciones y respeto mutuo para salir adelante

El conflicto en torno al Mercado Modelo de Huánuco ha escalado a un punto crítico, donde no solo se enfrentan intereses económicos, sino también el respeto a las autoridades y la ciudadanía. El abogado Ladislao Díaz, representante legal en un caso que ya ha generado múltiples controversias, ha hecho declaraciones que han encendido los ánimos al referirse a las autoridades con términos que muchos consideran irrespetuosos. Señalar que el alcalde “está en una constante pataleta” no solo refleja una falta de deferencia hacia la figura que representa a la comunidad, sino que polariza aún más un tema que debería enfocarse en soluciones y no en confrontaciones.

Huánuco, con su rica historia y tradiciones, merece un diálogo constructivo y no el espectáculo de insultos o arrogancia por parte de quienes deberían velar por el bienestar colectivo. Recordemos que las autoridades, aunque imperfectas, representan a los ciudadanos, y el respeto mutuo es esencial para el progreso. En este contexto, las afirmaciones de Díaz resultan desafortunadas, más aún considerando que su representada, la excongresista Karina Beteta, llegó al Congreso gracias al respaldo del pueblo huanuqueño.

Es innegable que el sistema judicial peruano tiene desafíos que resolver, y la percepción de corrupción o influencia política es una sombra que empaña muchos procesos. Sin embargo, la solución no pasa por la burla ni la soberbia, sino por el respeto y la búsqueda de consensos. No se trata de bailes ni términos despectivos; se trata de tender puentes entre las partes para que Huánuco avance hacia una convivencia armoniosa y próspera.

El Mercado Modelo es un ejemplo claro de cómo los problemas estructurales afectan la calidad de vida de todos. La venta de productos en condiciones insalubres, la falta de mejoras en los espacios comerciales y las disputas legales son reflejo de una crisis que no debe perpetuarse. Es hora de priorizar el diálogo y las decisiones conjuntas para transformar este espacio en un lugar que beneficie tanto a comerciantes como a consumidores.

El llamado es a las autoridades, a los abogados, y a todos los involucrados: dejemos de lado los términos hirientes y enfoquémonos en construir un Huánuco más unido. Solo así dejaremos atrás la miseria, la insalubridad y las disputas innecesarias para abrir paso a un futuro mejor.