Posiblemente la ciudad de Huánuco es el único lugar en el mundo donde la construcción de un puente de 70 m de largo ha tomado casi dos años de plazo. Si bien es cierto que los términos del contrato estipulaban ese plazo, recordemos que el contrato fue obviamente generado por los funcionarios de la gestión de Juan Alvarado. ¿Fue coincidencia que se diera un plazo tan holgado para esta obra? Por supuesto que no, seríamos muy ilusos de pensar eso, todo ha sido muy calculado.
El puente costó nada menos que 31 millones de soles, y según los especialistas, está altamente sobrevalorado. Y para variar, no cuenta con la señalización básica necesaria. Peor aún, si consideramos nuestra cultura informal, donde a la primera oportunidad un conductor va a tratar de meterse en contra para evitar recorrer un tramo más extenso.
Otro factor muy importante que no se ha considerado en la construcción de este “moderno y costoso puente”, es que cada día el parque automotor es más numeroso y por ende, el tráfico mucho más caótico. Ante este factor se necesitan vías que ayuden a liberar y agilizar el tráfico, y no por el contrario que lo obstaculicen. Sin embargo, lo que han hecho estos “brillantes técnicos” con la salida de este puente, que viene de la carretera central hacia Huánuco, es bloquear el libre tránsito al Malecón Centenario.
No se trata sólo de tener un puente que sirva para atravesar o cruzar el río, sino de ayudar a resolver un enorme problema de transporte, tanto para los transportistas como para los pobladores de los distritos de Huánuco y Amarilis.
Estamos seguros que se pudieron tomar otras alternativas con la finalidad de ayudar a agilizar el tráfico, pero, nuevamente, se llegó a priorizar el bolsillo y no la necesidad ciudadana. Aunque probablemente, si se hubiera considerado un badén, por mencionar un ejemplo, no solo se hubiera construido en ocho años, sino que también hubiera costado cinco veces más el presupuesto como mínimo.
En solo 48 horas de inaugurado el puente se registraron siete accidentes. No esperemos a que haya pérdida de vidas humanas para colocar la señalización adecuada. Sobre todo para los foráneos que no conocen la ciudad.
Desde esta columna le preguntamos a Alvarado, ¿Que le está dejando a Huánuco?, si no es sólo miseria y corrupción.