CIEN AÑOS DE SOLEDAD EN NETFLIX

Por Arlindo Luciano Guillermo

No será lo mismo leer Cien años de soledad, que verla en Netflix. Habrá, sin duda, un dilema: el Macondo y los Buendía Iguarán de Gabo y los de Netflix. Que una novela célebre o un libro best seller sea adaptado al cine no es novedad. Tres novelas de Vargas Llosa fueron convertidas en película: La ciudad y los perros, Pantaleón y las visitadoras y La fiesta del Chivo. La cuestión es que la calidad y trascendencia estética de la novela esté a la altura del cine. Los miserables de Víctor Hugo conserva la intensidad del relato, la complejidad de los personajes y el contexto histórico del siglo XIX. Jean Valjean es el actor Liam Neeson; el implacable inspector Javert, Geoffrey Rush. Cuando vemos Troya, Aquiles es Brad Pitt; Odiseo, Kirk Douglas. La literatura y el cine respetan código, libertad y creatividad. La película no es copia de la novela. El cineasta se toma libertades y licencias para modificar, reinventar y recrear “a su modo”, sin tergiversar la autenticidad. El 11 de diciembre Cien años de soledad, publicada en 1967 (hace 57 años), dará el salto cualitativo al cine; Netflix difundirá en 16 capítulos, en dos temporadas, la novela de 20 capítulos innúmeros, que cuenta la historia circular de Macondo, mítico pueblo del trópico colombiano, donde suceden hechos sobrenaturales, un pueblo que aparece y desparece en 100 años y siete generaciones de los Buendía Iguarán, todos predestinados a la soledad devastadora y fatal. Algunas novelas de García Márquez fueron llevadas a los audiovisuales: El amor en los tiempos del cólera, Crónica de una muerte anunciada y El coronel no tiene quién le escriba. Se sabe que Gabo no autorizó, mientras vivió, que Cien años de soledad fuera adaptada al cine; quería que cada lector mantenga sus propios personajes en su imaginación.

Las expectativas para ver en Netflix Cien años de soledad son enormes; primero se anunció para el 8 de octubre de 2024 (releí una vez más la novela). La comunidad de lectores de Gabo estamos como en la “dulce espera” en un hospital obstétrico. Causa suspicacia esa migración de la escritura a la pantalla audiovisual. El desafío artístico y cinematográfico de los directores Laura Mora y Alex García López es conservar el efecto real maravilloso de personajes y acontecimientos. La historia de Macondo y la genealogía de los Buendía Iguarán no es lineal. El primer párrafo de la novela incluye los personajes y circunstancias claves: el coronel Aureliano va a ser fusilado, pero recuerda cuando su padre lo llevó a conocer el hielo; Macondo es una aldea rústica y de construcciones precarias; el gitano Melquíades lleva el imán a Macondo que enloquece a José Arcadio Buendía ante las protestas de Úrsula Iguarán. En Cien años de soledad solo hay tres actores: novelista, editor y lector; en la película la intervención es amplísima: cineasta, observador, espectador, canal de transmisión, guionista, músico, maquillador, diseñador, utilero, fotógrafo, etc. 

Siguiendo a Vargas Llosa, Macondo experimenta tres transformaciones: 1. “Úrsula encuentra la ruta para salir de la ciénaga y comunica a Macondo con el mundo”, 2. colonización económica “por la compañía bananera norteamericana y convertida en país monoproductor de materia prima para una potencia extranjera”, 3. “se inicia con un cataclismo natural, el diluvio, y con la partida de lo que era la fuente de su vida económica”: la compañía bananera. La familia Buendía Iguarán tiene siete generaciones. En la novela de Gabo, las mujeres representan una presencia abrumadora y determinante: Úrsula Iguarán, Rebeca Montiel, Pilar Ternera, Fernanda del Capio, Santa Sofía de la Piedad, Remedio la bella, Amaranta, Remedios Moscote, Visitación, Petra Cotes; ahora las veremos en Netflix.  Hay dos artistas peruanos en el streaming Cien años de soledad: Salvador del Solar (el Pantaleón Pantoja de Pantaleón y las visitadoras) y el percusionista Sebastián Torres Victorero. Este es egresado del Conservatorio Nacional de Música y del Berklee College of Music de Estados Unidos. Salvador del Solar es el general José Raquel Moncada, autoridad pública de Macondo, amigo personal de Aureliano Buendía. Se le ubica en el capítulo 8. El general Moncada fue sentenciado a muerte. Aureliano Buendía, ignorando las recriminaciones de su madre Úrsula Iguarán, no conmutó la pena. Le dice a Moncada que no lo fusila él, sino la revolución. Moncada le responde: “Vete a la mierda, compadre”. Moncada “fue nombrado corregidor de Macondo. Vistió su traje civil, sustituyó a los militares por agentes de la policía desarmados, hizo respetar las leyes de amnistía y auxilió a algunas familias de liberales muertos en campaña. Consiguió que Macondo fuera erigido en municipio y fue por tanto su primer alcalde, y creó un ambiente de confianza que hizo pensar en la guerra como una absurda pesadilla del pasado. (…) había sido, en cierto momento, el adversario más temible del coronel Aureliano Buendía”.     

Los rostros de los personajes de Cien años de soledad siempre han alimentado particular imaginación. El lector tiene su imagen libre de los ciudadanos de Macondo. El rostro de los actores revelará cómo son esos seres literarios. ¿Remedio la bella será fatalmente hermosa como relata la novela? ¿José Arcadio Buendía, el primogénito, tan descomunal, grosero e hiperbólico como se le describe? La serie de Netflix y la novela no cambian esencialmente. Adaptar Cien años de soledad al cine es un gigantesco desafío; ha caído el velo del misterio. Cuando pensamos en el Jaguar, personaje de La ciudad y los perros, es imposible no asociarlo con el rostro, el carácter y la estatura del actor Juan Manuel Ochoa. Jaguar es Juan Manuel Ochoa; el teniente Gamboa del Colegio Militar Leoncio Prado, Gustavo Bueno. Tiene razón Irving Ramírez cuando le dije que Pedro Páramo y Cien años de soledad van ser adaptadas al cine: “Yo no las voy a ver. Quiero seguir con mis propios personajes en mi imaginación”. Yo, con menos ortodoxia literaria, ya vi Pedro Páramo (respeta el relato de la novela de Rulfo, el habla de los personajes y la presencia de las “ánimas en pena” en Comala) y veré Cien años de soledad en Netflix. No es lo mismo leer Cien años de soledad que verla convertida en 16 episodios. Siempre he regresado a los capítulos 1 (Aureliano Buendía, Melquíades, Macondo), 6 (Aureliano Buendía) y 20 (incesto lujurioso de tía y sobrino: Amaranta Úrsula y Aureliano, nacimiento del último Aureliano, el de la cola de cerdo, devorado por las hormigas, desaparición de la faz de la Tierra de los Buendía Iguarán). Gabriel García Márquez, fallecido hace 10 años, escribió un portento novelístico, pero no verá la versión cinematográfica. De Cien años de soledad ha escrito Mario Vargas Llosa, en Historia de un deicidio: “Es una novela ‘total’, en la línea de esas creaciones demencialmente ambiciosas que compiten con la realidad real de igual a igual, enfrentándole una imagen de una vitalidad, vastedad y complejidad cualitativamente equivalentes”. En Netflix, el coronel Aureliano Buendía es el actor Claudio Cataño; Úrsula Iguarán, la actriz Susana Morales.