La prueba molecular peruana que emplea el método isotérmico RPA-LF, a cargo de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), presentó una nueva validación para contrastar los resultados obtenidos en la primera evaluación que tuvo logros positivos en el diagnóstico del COVID-19.
Este proyecto, cofinanciado por el Concytec y liderado por la Dra. Mónica Pajuelo, investigadora principal del Laboratorio de Microbiología Molecular en la UPCH, ha logrado un alto nivel de sensibilidad y de especificidad en la validación inicial realizada tanto en el Perú como en Japón, en un trabajo en conjunto con la Universidad de Tohoku.
Según el Mg. José Luis Málaga, coinvestigador del Laboratorio de Virología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Tohoku, explicó que esta prueba trabaja a una sola temperatura para amplificar el material genético y así detectar el nuevo coronavirus en tan solo 35 minutos.
En esa línea, el galeno, que se encuentra en Japón para su doctorado, afirmó que una prueba RPA-LF puede dar la seguridad en cuanto a su sensibilidad y especificidad, además de que no requiere un equipo sofisticado y de alto costo como la prueba molecular PCR.
El Comité de Ética de ambas universidades ya han aprobado el proyecto y la primera validación ha tenido resultados importantes.
Primeros resultados alentadores
Las 78 muestras otorgadas por el Instituto Nacional de Salud fueron utilizadas para probar la prueba molecular peruana logrando 92.31% de sensibilidad.
También se determinó 80.77% de especificidad, lo que representa que una prueba negativa se clasifique como tal. El valor predictivo positivo llega a 70.59% y el valor predictivo negativo es de 95.45%.
En el caso de las muestras analizadas en Japón, la sensibilidad es de 92.86% y la especificidad es de 97.96%, mientras que el valor predictivo positivo es 96.39% y el valor predictivo negativo es de 96%.
La Dra. Pajuelo señaló que esta primera etapa de evaluación ha permitido determinar la necesidad de estudiar la naturaleza de los falsos positivos.
Además, reiteró que la mayoría de las muestras japonesas presenta una mejor especificidad porque fueron tomadas en una etapa anterior a la pandemia del COVID-19.
De otro lado, otro reto pendiente es desarrollar una nueva validación con una mayor cantidad de muestras actuales. Asimismo, los científicos peruanos deben de buscar más fondos para producir las proteínas necesarias para el diagnóstico de manera local.
Siguiendo este camino podrán acercarse a la autorización del uso de la prueba rápida molecular por parte del INS.
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