La diplomacia internacional experimentó un terremoto esta semana cuando el Presidente Trump y el Vicepresidente JD Vance reprendieron al Presidente ucraniano Volodymyr Zelensky en la Oficina Oval, un altercado que puso fin a un acuerdo de minerales críticos y expuso una fractura profunda en la relación entre Estados Unidos y Ucrania, aliados en tiempos de guerra. La confrontación, inusitada en la diplomacia moderna, escaló rápidamente, poniendo en jaque el apoyo estadounidense a Ucrania en su conflicto con Rusia y presionando a Zelensky para aceptar un acuerdo de paz en términos dictados por Washington.
Según la investigación publicada por The New York Times, el encuentro, que rápidamente se deterioró en una discusión acalorada, culminó con la cancelación de la visita de Zelensky, la suspensión de una conferencia de prensa conjunta y la anulación de la firma del acuerdo de minerales. El incidente se produjo en un momento crítico, mientras Ucrania lucha por mantener el apoyo internacional frente a la agresión rusa, y Estados Unidos se prepara para elecciones presidenciales donde la política exterior es un tema central.
Trump, a través de sus redes sociales, acusó a Zelensky de no estar «listo para la paz» debido a la percepción de que el apoyo estadounidense le otorga una ventaja en las negociaciones, afirmando que su prioridad es la paz, no la ventaja. Este incidente se produce en un contexto de crecientes críticas dentro de ciertos sectores del Partido Republicano sobre el nivel de ayuda financiera y militar que Estados Unidos ha proporcionado a Ucrania desde la invasión rusa en 2022.
El Senador Lindsey Graham, aliado cercano de Trump, sugirió públicamente que Zelensky debería considerar dimitir, señalando la necesidad de un líder ucraniano con el que Estados Unidos pueda «hacer negocios». Esta declaración no solo intensifica la crisis diplomática, sino que también plantea serias interrogantes sobre la futura política estadounidense hacia Ucrania.
El altercado en la Oficina Oval también incluyó un momento en el que Trump expresó solidaridad con el Presidente ruso Vladimir Putin, recordando que ambos enfrentaron investigaciones durante el primer mandato de Trump por la presunta interferencia rusa en las elecciones de 2016. Esta mención ha generado controversia y críticas, especialmente en un contexto donde Rusia es vista como un agresor en Ucrania y un adversario para muchos países occidentales.
La confrontación no solo amenazó la relación entre Estados Unidos y Ucrania, sino que también podría impulsar los objetivos de Putin, quien busca dividir a Ucrania de sus aliados occidentales. Las declaraciones de Trump sobre la paz y su postura hacia Putin contrastan fuertemente con su trato hacia Zelensky, lo que ha generado dudas sobre la coherencia y la dirección de la política exterior estadounidense.
El acuerdo de minerales, que se había priorizado en días recientes, implicaba la cesión de derechos de minerales raros ucranianos a cambio de la compensación de la ayuda militar estadounidense proporcionada en los últimos tres años. La cancelación de este acuerdo podría tener importantes implicaciones económicas y geopolíticas, afectando el acceso de Estados Unidos a recursos clave y la capacidad de Ucrania para financiar su defensa.
El encuentro se tensó aún más cuando Vance acusó a Zelensky de ser «irrespetuoso» por presentar su caso frente a los medios estadounidenses y le exigió agradecer a Trump por sus esfuerzos para poner fin al conflicto. Este incidente subraya las crecientes tensiones entre los líderes estadounidenses y ucranianos sobre la estrategia para abordar el conflicto con Rusia y las condiciones para una posible paz, evidenciando la incertidumbre en las relaciones bilaterales y el futuro del apoyo occidental a Ucrania.