Y se quemó el pan

Por: Arthur Chávez

El gran día llegó, sin embargo, fiel a mi estilo lo esperé como cualquier otro domingo. Cerca de las nueve mis ojos vieron la luz del día. Sí, soy un dormilón, pero solo son las elecciones presidenciales; ni que fuera un show de EEG para saltar de la cama de madrugada y raudamente ir a hacer mi cola para no perderme ningún detalle. Luego del aseo pertinente, encendí la TV para encontrarme con la escena más divertida protagonizada por un candidato, escena considerada la más bochornosa del día: A Keiko se le había quemado el pan; “mal augurio”, diría la viejita que leía la mano en la esquina del barrio. Por un momento lo vi más como una pequeña profecía, un pequeño spoiler de la película que más tarde se estrenaría con los resultados oficiales.
Mientras untaba la crema de palta en el pan, el presidente Ollanta “Cosito” (que lance la piedra el que nunca haya sido un calzonazos) Humala y su esposa llegaban a su centro de votación, quien luego de ser cuestionado sobre su posible alejamiento del país al término de su gobierno, respondió que había “Ollanta para rato”. A los minutos Alan García haciendo uso de su desbordante y atarantador verbo, prometía apoyar a quien gane, aseverando que estos cinco años serían de unión y concertación.
Como siempre, la prestigiosa Policía Nacional, no quiso pasar desapercibida y detuvo a una pareja por vestir unos polos con la frase pepekaniana, original del gran Nicomedes Santa Cruz y arreglada para el último debate: “Tú no has cambiado pelona”, siendo a mi parecer injusta e ilegal, pues no transgredía ninguna ley electoral.
Pasadas las diez y media, la señora de los panes quemados (que a manera de comedia, terminaron en el plato y estómago de su esposo), llegó muy contenta a su centro de votación en Surco. Al mismo tiempo el recordado excandidato Fernando Olivera, llegaba al suyo en San Isidro. Luego de iniciar su pequeño discurso con las mismas líneas que en el debate frente a Alan García, expresó que su voto sería por la democracia, recibiendo el aplauso generoso de las personas que lo rodeaban. Por su parte, Fujimori, recibió el “cariño” de una mujer a su retiro del local, quien a voz en cuello le gritó: ¡Ratera! Acordonada por su personal de seguridad subió raudamente a su vehículo desde donde se alejó saludando a todos los presentes.
Mientras el almuerzo estaba a medio preparar, míster Kuczynski llegó a su local de votación minutos después de que su contrincante saliera del suyo. Con su estilo de caminar peculiar y a la vez gracioso llegó hasta la urna de sufragio y emitió su voto (en formato electrónico). A su salida instó a votar por la democracia y agradeció la labor de la prensa, saludó a sus simpatizantes y se retiró en su camioneta. Una hora después cuando ya se podía sentir el aroma casi listo del almuerzo y la boca se me hacía agua, el exministro de economía recibía en la puerta de su casa a la prensa indicando que se encontraba tranquilo y que no sabía con quién recibiría los resultados a boca de urna.
Sorpresivamente, el congresista electo con más votos, el hermanito menor, Kenji Fujimori, no participó de este evento democrático. Dando rienda suelta al sinfín de especulaciones por parte de la prensa y la población en general. ¿Acaso querrá a fuerza cumplir su palabra de que si no se ganaba en las elecciones 2016, sería él el candidato el 2021?