En una sesión cargada de tensión, el gobernador de Ayacucho, Wilfredo Oscorima, compareció ante la Comisión de Fiscalización del Congreso, enfrentando preguntas incisivas sobre el escándalo de los relojes Rolex. Oscorima, respaldado por funcionarios del Gobierno Regional, rehusó abordar el tema, invocando su derecho a la reserva por estar en calidad de testigo en la investigación en curso. La discusión se intensificó cuando congresistas, desafiando su silencio, exigieron claridad sobre las contradictorias declaraciones respecto a los lujosos relojes vinculados a la presidenta Dina Boluarte.
En medio de acusaciones de ocultamiento y evasivas, Oscorima defendió su gestión en Ayacucho, destacando su lucha contra la pobreza y agradeciendo el legado de Fujimori en la región. Sin embargo, su negativa a responder preguntas sobre los relojes Rolex provocó un impasse, con legisladores criticando su postura y sugiriendo posibles acciones legales.
El debate alcanzó su punto álgido cuando se sugirió que Oscorima podría estar ocultando la verdad detrás del regalo de los relojes, con algunos congresistas proponiendo una denuncia constitucional contra él. A pesar de los intentos de Oscorima por desviar el tema hacia sus logros pasados y desmarcarse de cualquier responsabilidad en contratos gubernamentales, la sesión fue suspendida sin resoluciones claras, dejando abierta la posibilidad de una investigación más profunda sobre el caso Rolexgate.
