Escrito por: Denesy Palacios Jiménez
Es importante remitirnos hasta los orígenes de la universidad peruana, la influencia que recibe de la universidad de Salamanca, y saber que responde a las demandas sociales de aquella época, así como al desarrollo económico que vivía el país en aquella época, por lo tanto, es importante hacer una reflexión sobre la universidad contemporizada con la economía peruana en todo el proceso histórico.
Tenemos que el desarrollo de la economía peruana a partir del siglo XV fue una economía de enclave. Al quebrarse la articulación de la sociedad inca, se estableció un sistema mediante el cual la sede del poder se desplazaba del Perú a España y donde las ciudades costeras peruanas no eran sino parajes intermedios por donde se trasladaba la riqueza minera a la metrópoli. Europa empezaba a interesarse por la acumulación del capital y por el incremento de la producción, dando lugar a los estados protectores del incipiente capitalismo.
España liquidó los brotes de burguesía industrial al expulsar a los moros y judíos, y la quiebra comercial con sus colonias se agudizo a partir del siglo XVIII; la invasión napoleónica a España presentó la coyuntura definitiva para que las colonias americanas alcanzasen su independencia política. Como consecuencia se afianza el latifundio que instauró un parroquialismo económico, político que no pudo controlarse por el Estado recientemente instaurado, luego vemos aparecer la oligarquíaφa terrateniente con la venta del guano de las islas, posteriormente la burguesía intermediaria, y también germinan algunos núcleos fabriles; la primera Guerra Mundial quiebra el modelo de desarrollo a base de las exportaciones, causando una gran depresión que produjo un decaimiento general del comercio internacional. Entre los años de 1950 a 1967 la industria crece sistemáticamente más que la economíaφa en su conjunto, acompañado del deterioro del sector agropecuario
Bien, la universidad peruana, surge en 1551 ante el manto del clero y estaba destinada a preparar a los hijos de los conquistadores que debían organizar y gobernar la sociedad colonial. Tuvo plena influencia hasta fines del siglo XVI, tiempo en el cual la aristocracia había cobrado fuerza y los hijos de los nobles nacidos en el Perú, sin títulos nobiliarios, tenían que recurrir a la Universidad para procurarse los símbolos necesarios de status. Allí se formaban los que justifican las encomiendas y los obrajes, la explotación y la dependencia. El gobierno de esa universidad estaba controlado por el Virrey; el Rector era elegido cada año por el claustro. Los cursos requerían de aprobación real y una de sus funciones era controlar y reprimir, con argumentos religiosos, cualquier intento que cuestionase las leyes del reino o las bulas pontificias. Empero, la hegemonía española entró en crisis. El enciclopedismo francés ya cubría el horizonte ideológico mundial, mientras se montaban los procesos de independencia política de nuestras naciones. Sin embargo, extraña a todo esto, la universidad seguía manteniendo su estructura colonial.
Las universidades se dan como respuesta a las necesidades sociales que se concretan en la preservación, desarrollo y difusión de la cultura,
De ello surge una relación dialéctica, que se da entre la universidad y la solución de los problemas de la realidad social. Desde esta perspectiva no tiene sentido una universidad y sus facultades que no está profundamente vinculada con los problemas de su entorno, que no forme parte de la sociedad; por ello el punto de partida son los problemas y el resultado final son los que competen y necesita la propia sociedad, lo cual es expresión de su impacto.
Para ello se requiere docentes identificados con las demandas sociales y con el quehacer de la Universidad, por eso es imprescindible intensificar la relación profesor-estudiante y terminar con el paternalismo, o las estrategias de manipulación política sobre el estudiantado, por otra parte, se requiere incorporar en las diversas formaciones profesionales la orientación humanista. Y trabajar con miras al mejoramiento académico, lo cual implica trabajar institucionalmente, y dejando en segundo plano las necesidades particulares, individuales o grupales, y lo mejor que podemos dar los docentes es el ejemplo, y seleccionando para el gobierno no a quienes tengan cuestionamientos por comportamientos reñidos con la ética y la moral, o brindan más facilismos sin importar la calidad, sino aquellos que deben servir de paradigma a los jóvenes estudiantes y a la sociedad en general.