LA VOZ DE LA MUJER
Denesy Palacios Jiménez
20.11.23
Huánuco, es cuna de muchos personajes ilustres, que han corroborado grandemente a las diversas disciplinas del saber científico, entre ellos tenemos a Augusto Cardich, cuyos aportes fueron en el campo de la Prehistoria peruana; Pulgar Vidal su gran aporte en el campo de la geografía y la toponimia de la región, Fonseca Martell contribuyo grandemente para entender la problemática de las comunidades alto andinas; José Varallanos, quien sabe el que ha escrito la historia más completa de Huánuco, insignes literatos que aún siguen dando renombre a Huánuco, artistas y pintores, que dieron origen a la escuela puntillista, como el caso de Ricardo Flores, y así un sin número de hombres y mujeres, que han destacado en el campo de la literatura y las ciencias. Ahora queremos ocuparnos de Hermilio Valdizan.
Este insigne huanuqueño nació el 20 de noviembre de 1885, realizo sus estudios primarios en su tierra natal: Huánuco. a la muerte de su padre se traslada a Lima, estudiando conjuntamente con Julio C. Tello en el Colegio de Lima que dirigía Don Pedro Labarthe, termino sus estudios en el Colegio Guadalupe.
En 1899, al terminar sus estudios secundarios ejerce la docencia y se inicia en el periodismo, usando los seudónimos de «Juan Serrano» y el «Bachiller Medrano», con cuyas actividades costea sus estudios en la universidad de San Marcos, como alumno de la Facultad de medicina.
Como estudiante de medicina, representa a su facultad en la organización del Centro Universitario, y en 1909 realiza su primer viaje al extranjero, para realizar estudios de investigación.
Valdizan dio comienzo a su vida productiva recogiendo las noticias del día como periodista, y de esta manera se hizo escritor para terminar su brillante existencia como historiador y médico-psiquiátrico, donde sobresalió como hombre de ciencia, como humanista, como maestro y como un símbolo del Perú, ´pues siendo médico de profesión, pudo recoger gran parte de la medicina tradicional que lo publico en los tres tomos de “La Medicina Popular Peruana”.
En 1910, se gradúa de bachiller en medicina con la tesis «La Delincuencia en el Perú», luego opta su título profesional de médico cirujano, viajando a Europa en calidad de becado.
En Italia asiste a la Escuela de Enfermedades Mentales y del Sistema Nervioso, y en Francia asiste al Instituto de Psicología de la Universidad de París.
En 1914 regresa al Perú a volcar sus conocimientos en su obra, en la cátedra y en la acción, cuyo trabajo se manifiesta en el enriquecimiento de nuestra propia historia y cultura que hace conocer al mundo.
En 1915 sustento su tesis doctoral, basándose en un estudio de la «Alienación Mental entre los primitivos peruanos»; un año después fundó la cátedra de enfermedades mentales y el consultorio de psiquiatría en el Hospital Dos de Mayo. Como estudioso en el campo de la psiquiatría escribió “Los locos de la Colonia”, dando muestras de su gran sensibilidad social, indicaba que cada época tiene problemas que afectan la salud mental; hoy sabemos como afecta en la población la problemática social, económica, política, judicial, cultural, salud etc. Y mucho más cuando sus demandas caen en saco roto o en oídos sordos, por quienes manejan y controlan el poder, la población siente la impotencia para solucionar todo aquello que nos aqueja, es por eso que ahora vemos muchas personas angustiadas, donde su salida es la violencia, que muchas veces los lleva a quitarse la vida o a quitar la vida de sus semejantes.
Hermilio Valdizan a través de sus crónicas y sus investigaciones describió la problemática de la salud, pues reparo lo esquizofrénico de los jóvenes desalmados, otra contribución a través de sus estudios es añadir los efectos nocivos de las drogas.
Fue muy preciado por sus maestros, por su conducta y dedicación al estudio, especialmente del alma peruana, a través de sus costumbres, sus mitos, es por su gran influencia positivista que debemos considerarlo como precursor y pionero de la psicopatología y la terapia aborigen. Y con razón algunos le llaman el padre del positivismo en el Perú, pues implemento tratamientos que no debían ser aplicando electroschok, pues aquello terminaba con la vida de los enfermos mentales.
Muy respetuoso del saber popular y de la historia, conforme lo rebela sus publicaciones. Le importaba la humanidad y se sentía hermano de todos los hombres, aconsejaba a sus alumnos: “la labor del médico no termina con la palabra escrita en una receta. La sociedad tiene el derecho de exigir al médico algo más que una receta. Algo más inclusive, que una palabra de consuelo: tiene el derecho de exigirle la defensa de su salud y de su vida».
Es por ello jóvenes valdizanos que hoy la sociedad les exige que se formen como hombres íntegros que contribuyan al desarrollo de Huánuco. Y un gran reto que nos plantea a todos los que trabajamos como docentes y administrativos de esta casa superior de estudios, para rendirle homenaje a este gran hombre.
Una muestra de su dedicación y responsabilidad, es que, aun estando delicado de salud, tuvo que acudir al sanatorio para calmar la revuelta que se había suscitado por parte de los pacientes enfermos de salud mental, y se dice que en cuanto lo vieron lo reconocieron y con el trato tan amigable y fraternal que los trataba se fueron calmando.
Muy cerca de su muerte, que acontece un 25 de diciembre de 1929, nos dijo…«y cuando hayamos vivido pensando en la muerte y nos hayamos familiarizado con ella, entonces y sólo entonces iremos serenamente a la muerte…cuando no exista en nosotros el dolor de lo que se deja ni el temor de lo que se espera, entonces y sólo entonces iremos sonrientes a la muerte, a aquella que el poeta ha dicho ser el sueño más dulce que la vida».
Hoy la universidad más importante de la región Centro Oriental lleva su nombre, tremenda responsabilidad para las autoridades y miembros de esta Comunidad Académica universitaria, continuar la ruta trazada por el rector vitalicio in memoriam.