Un caluroso invierno calcinó a Sudamérica: Ahora llega el verano 

La segunda ciudad más grande de Argentina, Córdoba, se encontró en medio de llamas tras un pequeño fuego encendido por un hombre en un día ventoso. Este siniestro, avivado por ráfagas y temperaturas primaverales de hasta 37°C, amenazó a Villa Carlos Paz, una popular ciudad turística. Este incidente ejemplifica las repercusiones de un planeta en calentamiento, en un año que podría ser el más caliente registrado. 

Recientemente, un calor sin precedentes ha abrazado al hemisferio sur, especialmente a Sudamérica. Izidine Pinto, del Real Instituto Meteorológico de los Países Bajos, advierte: «Habrá más días calurosos y más olas de calor por venir». 

Esta tendencia térmica no ha sido exclusiva de Argentina. Lima, la capital de Perú, registró 27.6°C en julio, su invierno más cálido desde 1965. En Chile, temperaturas hasta 20°C por encima de las normas invernales han alterado los ecosistemas fluviales. 

A fines de agosto y principios de septiembre, una segunda ola de calor impactó regiones de Paraguay, Brasil, Bolivia y Argentina. Según World Weather Attribution, este episodio fue 100 veces más probable debido al cambio climático. 

Brasil, con el 80% de su energía proveniente de hidroeléctricas, enfrenta amenazas de apagones. La sequía amazónica afecta la logística fluvial y ha incrementado la mortandad de fauna como los delfines de río. La deforestación, exacerbada durante la administración de Jair Bolsonaro, intensifica los incendios forestales. 

La situación se agrava con la falta de registros meteorológicos precisos en muchos países sudamericanos, lo que dificulta la toma de decisiones efectivas. La administración de Bolsonaro, por ejemplo, promovió la deforestación en áreas protegidas. Sin embargo, su sucesor, Luiz Inácio Lula da Silva, promete frenar la deforestación ilegal.