Trump intensifica las amenazas arancelarias a nivel mundial.

La política comercial de los Estados Unidos ha experimentado un cambio radical bajo la administración del Presidente Trump, quien, con una visión clara de priorizar los intereses estadounidenses, ha implementado medidas que podrían reconfigurar el sistema de comercio global. Su enfoque, menos constreñido por investigaciones exhaustivas o extensas deliberaciones, refleja una determinación de actuar con rapidez y decisión en el ámbito del comercio internacional.

La imposición de aranceles se ha convertido en una herramienta central en la estrategia del presidente Trump, no solo como un medio para proteger las industrias nacionales, sino también como una palanca para forzar concesiones de otros países en una variedad de temas, desde la migración hasta el control de drogas. Esta estrategia, aunque audaz, conlleva riesgos significativos para la estabilidad del comercio mundial. Uno de los datos contextuales es que la imposición de aranceles a las importaciones de acero y aluminio en 2018 generó tensiones con varios aliados comerciales de EE.UU., incluyendo la Unión Europea y Canadá.

Según la investigación publicada por The New York Times, desde su llegada al cargo, el Presidente Trump ha amenazado con imponer aranceles a productos provenientes de casi todos los socios comerciales del mundo. Estas amenazas incluyen propuestas para gravar con impuestos más de $1.3 billones de dólares en importaciones desde Canadá, México y China, una cifra que supera con creces el volumen de comercio afectado por sus aranceles durante su primer mandato. Esta postura agresiva ha generado incertidumbre en los mercados y ha provocado reacciones tanto de apoyo como de rechazo.

El jueves, el Presidente Trump propuso lo que podría ser su medida más audaz y trascendental hasta la fecha: una revisión global de los aranceles. Esta acción evidencia que el presidente no dudaría en utilizar los aranceles como arma y en confrontar a sus socios comerciales para obtener concesiones. El mandatario ordenó a sus asesores calcular nuevas tarifas arancelarias para otros países a nivel mundial, basándose en las tarifas que estos aplican a los Estados Unidos, así como en otras prácticas, como los impuestos que imponen a los productos estadounidenses y los subsidios que otorgan para apoyar a sus industrias.

La decisión del presidente de idear lo que él llama «aranceles recíprocos» podría poner fin a los compromisos que los Estados Unidos ha asumido a nivel internacional a través de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Esto marcaría el fin de décadas en las que los Estados Unidos generalmente han cumplido con los compromisos que ha asumido internacionalmente y podría marcar el comienzo de una nueva era de incertidumbre corporativa y guerras comerciales globales.

Algunas de las amenazas del Presidente Trump podrían ser simplemente tácticas de negociación y no llegar a materializarse. Él ve los aranceles como una poderosa herramienta persuasiva, que está dispuesto a utilizar para tratar de forzar a otros países a hacer concesiones en materia de migración, lucha contra las drogas e incluso en su territorio. Sin embargo, él y su base de partidarios también ven los aranceles como una política crucial por derecho propio, una forma de revertir décadas de fábricas que abandonan los Estados Unidos y de crear empleos y reducir los déficits comerciales.

Esta estrategia, aunque defendida por algunos como una forma de proteger los intereses nacionales y revitalizar la industria estadounidense, también ha sido criticada por generar incertidumbre en los mercados y por aumentar los costos para los consumidores. La imposición de aranceles a las importaciones puede llevar a represalias por parte de otros países, lo que a su vez puede afectar las exportaciones estadounidenses y perjudicar a las empresas que dependen del comercio internacional.

En última instancia, el impacto de las políticas comerciales del Presidente Trump dependerá de cómo se desarrollen estas negociaciones y de cómo reaccionen otros países. Si bien es posible que algunas de sus tácticas logren generar concesiones beneficiosas para los Estados Unidos, también existe el riesgo de que conduzcan a guerras comerciales y a una mayor fragmentación del sistema de comercio global. Datos contextuales relevantes incluyen el impacto de las tensiones comerciales entre EE.UU. y China en la economía global, y las negociaciones en curso para modernizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), ahora conocido como el T-MEC. El índice de incertidumbre política global ha aumentado significativamente desde el inicio de la administración Trump, reflejando la volatilidad generada por sus políticas comerciales.