El **proteccionismo** comercial vuelve a ser protagonista en la economía global. El presidente Trump anunció el lunes la implementación de aranceles generalizados a Canadá y México, reafirmando su postura en declaraciones desde la Casa Blanca e invalidando cualquier esperanza de un acuerdo de última hora. Este movimiento se produce en un contexto ya tenso en las relaciones comerciales internacionales, marcado por disputas arancelarias previas con la Unión Europea y otros socios comerciales. La medida, según el gobierno, busca presionar a estos países para que intensifiquen sus esfuerzos en el control del flujo de drogas y migrantes hacia Estados Unidos.
Según la investigación publicada por The New York Times, estos aranceles entrarían en vigor el martes, elevando significativamente los gravámenes sobre las importaciones provenientes de estos países.
Concretamente, la administración Trump propuso un arancel del 25% sobre todas las exportaciones mexicanas y canadienses, sumado a un 10% adicional para los productos chinos, medidas que entrarían en vigor justo después de la medianoche del martes. La justificación oficial es la supuesta insuficiencia de estos países en la contención del flujo de drogas y migrantes hacia territorio estadounidense. Esta decisión marca un punto de inflexión en la política comercial de Estados Unidos, llevando los aranceles a niveles no vistos desde la década de 1940.
El impacto de estos aranceles se anticipa considerable. Se espera una disrupción en las cadenas de suministro regionales, con un consecuente aumento en el precio de productos esenciales que van desde automóviles hasta extractores de leche y verduras. La integración económica norteamericana, consolidada durante décadas a través de tratados de libre comercio, podría verse seriamente comprometida. Líderes de Canadá y México han intentado, sin éxito aparente, persuadir al presidente Trump de reconsiderar su postura, ofreciendo incrementar los recursos destinados a la vigilancia fronteriza.
La dependencia de Estados Unidos de las importaciones procedentes de Canadá, México y China es significativa, representando más del 40% del total. Analistas económicos advierten que la imposición de aranceles de esta magnitud podría precipitar a las economías canadiense y mexicana a una recesión. Estos aranceles se suman a un historial de políticas comerciales proteccionistas impulsadas por la administración Trump, que han generado controversia y tensiones con diversos socios comerciales a nivel global. Un dato a considerar es que, previo a este anuncio, la balanza comercial de EE.UU. ya mostraba un déficit creciente, lo que podría agudizarse con estas medidas.
La reacción inicial del mercado bursátil no se hizo esperar. El anuncio de Trump provocó una caída del S&P 500 del 1.8%, registrando su peor jornada en lo que va del año. Esta volatilidad subraya la incertidumbre generada por la política comercial estadounidense y su potencial impacto en el crecimiento económico global. A esto se suma la preocupación de los exportadores estadounidenses, quienes temen represalias por parte de Canadá, México y China, lo que podría afectar su competitividad en los mercados internacionales. La imposición de estos aranceles podría contravenir acuerdos comerciales preexistentes, lo que abre la puerta a posibles litigios ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).