El 19 de agosto, la tranquilidad del caserío Alto Cocari en el sector Río Venado, distrito de Puerto Bermúdez, fue brutalmente interrumpida cuando un grupo de sujetos armados irrumpió en una vivienda y asesinó a cuatro personas mientras cenaban. El ataque, perpetrado con total frialdad, dejó la comunidad en estado de shock y sumida en el luto.
Según los primeros informes, el ataque ocurrió alrededor de las 7:00 p.m. Los disparos resonaron en la humilde vivienda, sorprendiendo a las víctimas, quienes no tuvieron oportunidad de escapar. Los asesinos, protegidos por la oscuridad, se dieron a la fuga tras cometer el crimen.
Un sobreviviente de milagro
Wilber Agustín Matos Íñigo, quien se encontraba en la casa durante el ataque, logró escapar con vida, aunque gravemente herido. Relató los momentos de terror que vivió: «Me salvé de milagro. Mi hermano no estaba cenando, estaba en otro lado cuando gritó que eran choros. Todos fueron a atacarlo. A mí me dieron dos balazos que me rozaron la cabeza», dijo aún en shock.
Este violento crimen ha encendido las alarmas en Puerto Bermúdez, resaltando la creciente inseguridad en la región. Las autoridades han comenzado una investigación exhaustiva para dar con los responsables de esta masacre, mientras la comunidad exige justicia y una respuesta contundente de las fuerzas del orden.