María Auxiliadora Pereira
Trabajadores ambulantes son el reflejo de la pobreza en la región
Yovana Cárdenas, madre soltera de una niña y con una madre enferma. Señala que prefiere morir del virus a ver morir a su familia de hambre.
“Acepto que hagan su trabajo, sabemos que existe una ordenanza; también hay una realidad y es que no tenemos qué comer. No solo yo, hay personas que vienen de la chacra que venden en el suelo, de verdad necesitamos”, señaló.
Cárdenas señala que están dispuestos a cumplir con todas las medidas sanitarias; siempre y cuando los dejen seguir trabajando para llevar sustento a su familia.
La historia de Yovana Cárdenas no es aislada. Cientos de trabajadores informales dependen del trabajo diario para sustentar a sus familias; enfrentan el dilema de “morir de hambre o del virus”.
Según indicadores de la Cámara de Comercio e Industria de Huánuco (CCIH), la informalidad ha aumentado a un 85 %; esto, en lo que va de pandemia en el departamento.
“Basado en este porcentaje, es preocupante la situación económica, esto se transforma en más pobreza, no es que seamos pesimistas. Una reactivación económica se alcanzará en un plazo mínimo de dos años”, mencionó Roberto Refulio Huaccho, presidente de la CCIH.
La pérdida de ingresos laborales trae como consecuencia el aumento de la pobreza para los trabajadores informales y sus familias; esto se hace evidente en el incremento del 15 % de desempleo en Huánuco.
Este es el caso de Josefina Villanueva Briceño, madre de familia. Señala que antes contaban con un restaurante; con el aumento del alquiler y las restricciones tuvieron que salir a la calle a vender.
“La pandemia nos ha afectado bastante. No teníamos trabajo como sustentar y como pagar nuestras deudas. Por eso nos dedicamos a vender ceviche en nuestro carrito. Antes teníamos un pequeño local, pero tampoco se puede abrir. Las ventas no están tan bien como antes, pero nos sirve para sobrevivir”, dijo.
El señor Wilfredo Saldívar Soto, es el único de su familia que actualmente cuenta con trabajo; lamentablemente, necesita salir a la calle a vender.
“Anteriormente era artesano, pero con esta crisis total, me tocó salir a la calle a vender mascarillas; así como productos de protección contra el COVID-19. Sin embargo, ellos vienen y nos quitan la mercadería”, acotó.
Aproximadamente son 3000 personas en la informalidad
Este incremento se ha producido debido a que algunos comercios no están funcionando al 100 %. Así lo señaló Jhonel Jáuregui, ex gerente de Desarrollo Económico de la Municipalidad Distrital de Huánuco.
“Pedirles a los comercios que trabajen a puerta cerrada, ha incrementado la economía informal; a dónde han ido los mozos, cocineros, han ido a la calle”, señaló.
En Huánuco se estima que más de 3000 personas se encuentran actualmente en el comercio informal.
“Esto se va a desbordar, hay mucha hambre, hay mucha necesidad”, sentenció.
Muchos comerciantes del mercado u otros establecimientos salen a la calle a exhibir su mercancía. Para Jáuregui, este es otro factor importante que ha hecho la disminución de las ventas.
“Durante mi gestión se conversó con ellos, se les plantearon soluciones, sin embargo, ahí siguen”, acotó.
Muchas personas no están capacitadas para hacer delivery ni e-commerce; es otro de los grandes factores que ha influenciado al crecimiento acelerado del comercio ambulante en la región.
Por tal motivo, varios optan por dedicarse al comercio ambulatorio porque les resulta menos costoso.
El comercio ambulatorio es un problema que hasta la fecha no tiene solución. Los exteriores del mercado modelo son invadidos por cientos de ambulantes que, pese a las recomendaciones, se niegan a salir.
Estrategias para minimizar el comercio informal
Jáuregui señala que entre las medidas tomadas por la municipalidad están los mercados temporales que buscan crear condiciones dignas; también salubres para los trabajadores informales.
“Iniciamos con dos mercados, uno en la Alameda y otro en la Laguna Viña del Río. Luego el Gobierno nacional implementó los mercados temporales y trabajamos con tres; sin embargo, la gente prefiere irse a las inmediaciones del mercado”.
Agregó que se tiene que hacer un trabajo muy fuerte en recaudación tributaria con los pequeños empresarios; a fin de que cumplan con lo que les corresponde.
“Los emprendedores deben tomar conciencia, deben cumplir y darle al Estado lo que le corresponde. Con eso vamos a generar más empleos, de ello va depender que nuestra economía mejore”.
La realidad en el Perú
Los empleos temporales, a tiempo parcial, o desprotegidos que se dan bajo las condiciones de la informalidad; son los más impactados por el deterioro de la economía.
El coronavirus también ha contagiado los mercados laborales. Sectores como turismo, transporte, comercio no electrónico; así como otros servicios en los cuales el teletrabajo no es una opción, son los más afectados de esta crisis.
Como ya sabemos, en nuestro territorio, las familias vulnerables componen gran parte de la economía del país. Casi todas están vinculadas, de alguna forma, a las micros y pequeñas empresas.
Según la INEI, la informalidad en el país incrementó en 3.7 %. Es decir, 319 800 peruanos más se sumaron a esta condición. Este aumento se concentró principalmente en la Costa, donde se registró 5 700 200 trabajadores informales (4.6 %).
Economía informal a nivel mundial
Según documento de la OIT, más de 2000 millones de trabajadores participan en la economía informal; siendo el 62 % de los trabajadores del mundo. En los países de bajos ingresos, el empleo informal representa el 90 % del empleo total; el 67 % en los países de ingresos medios; y el 18 % en los países de altos ingresos.
Por otra parte, ocho de cada diez empresas en el mundo son informales. No se encuentran registradas, emplean a diez o menos trabajadores no declarados, con baja calificación.
Así como con familiares no remunerados, en condiciones precarias, sin protección social; asimismo, sin acceso a la salud y seguridad en el trabajo, entre otros.
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