Chile enfrenta una devastadora tormenta de lluvia y viento que ha azotado cuatro regiones del centro sur del país durante cuatro días, dejando tres personas muertas, 5000 damnificados y más de 20 000 personas completamente aisladas. La ministra del Interior, Carolina Tohá, informó de la situación, y el presidente Gabriel Boric ha declarado el estado de emergencia en las regiones de O’Higgins, Ñuble, Biobío y Maule.
La gobernadora de la región del Maule, Cristina Bravo, estimó que las pérdidas en infraestructura pública en su región alcanzan los 69 millones de dólares, mientras que las mermas en el sector agrícola, la principal actividad económica en las regiones afectadas, aún no han sido calculadas. El ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, destacó que las regiones afectadas son las que más contribuyen a la agricultura en el país. La tormenta afectó principalmente a las regiones de Maule, Ñuble y Biobío, a 300 y 500 kilómetros al sur de Santiago.
Además de los daños materiales, más de 33 000 personas permanecen aisladas debido a cortes en puentes y rutas. Solo en la región del Biobío, hay 105 rutas afectadas, según informó el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve. Un total de 17 establecimientos de salud no pueden funcionar, y 96 personas tuvieron que ser rescatadas por helicópteros en las últimas horas. Las clases están suspendidas en 60 comunas de la zona afectada. A pesar de que el frente más severo ha concluido, aún se esperan fuertes lluvias en Valparaíso y en la capital, Santiago, según la ministra del Interior, lo que podría exacerbar aún más la difícil situación.