Starmer anuncia que el Reino Unido incrementará el gasto en defensa hasta el 2.5% del PIB para 2027.

El incremento en el gasto militar británico, anunciado este martes, representa un movimiento estratégico con implicaciones tanto domésticas como internacionales. El Primer Ministro Keir Starmer busca fortalecer la posición de Reino Unido en el panorama global, especialmente ante la inminente reunión con el Presidente Trump en la Casa Blanca este jueves. Este aumento significativo se produce en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas y un debate continuo sobre la distribución de la carga de la defensa entre los aliados de la OTAN.

Según la investigación publicada por The New York Times, el gobierno británico planea elevar su inversión militar hasta el 2.5% del Producto Interno Bruto (PIB) para el año 2027, con una ambición de alcanzar el 3% durante el mandato del próximo gobierno, proyectado para 2034 a más tardar. Este compromiso financiero se materializará a través de una reasignación de fondos, principalmente mediante la reducción del presupuesto destinado a la ayuda al desarrollo en el extranjero.

El incremento en el gasto militar, que se calcula en 13.4 mil millones de libras esterlinas (aproximadamente 17 mil millones de dólares) anuales hasta 2027, representa un cambio significativo en la política de defensa del Reino Unido. Este movimiento se justifica, según Starmer, como una respuesta a los desafíos de seguridad emergentes que requieren una acción decidida y a largo plazo. La declaración realizada ante el Parlamento obtuvo un respaldo considerable, evidenciando un consenso político sobre la necesidad de fortalecer las capacidades defensivas del país.

El recorte en la ayuda al desarrollo, que pasará del 0.5% al 0.3% del PIB, ha generado controversia. El Primer Ministro Starmer expresó su pesar por esta reducción, pero argumentó que la seguridad nacional debe ser la prioridad en tiempos de incertidumbre. Este cambio de prioridades refleja una tendencia creciente en varios países occidentales a reforzar sus propias defensas ante amenazas percibidas, incluso a expensas de otros compromisos internacionales.

Este anuncio se produce en un momento en que varios miembros de la OTAN están siendo presionados para cumplir con el objetivo de gastar al menos el 2% de su PIB en defensa, una meta que Reino Unido ya ha superado. La medida de Starmer podría ser interpretada como un intento de liderar con el ejemplo y animar a otros aliados a aumentar su contribución a la seguridad colectiva. Es importante recordar que la última revisión integrada de seguridad, defensa, desarrollo y política exterior del Reino Unido, publicada en 2021, ya había identificado la necesidad de modernizar las fuerzas armadas y adaptarlas a los nuevos desafíos del siglo XXI.

La decisión de aumentar el gasto militar a expensas de la ayuda al desarrollo también podría tener implicaciones para la imagen internacional del Reino Unido y su influencia en organizaciones internacionales. La ayuda al desarrollo ha sido tradicionalmente un pilar importante de la política exterior británica, utilizada para promover la estabilidad, la prosperidad y los valores democráticos en todo el mundo. La reducción de esta ayuda podría ser vista como un retroceso en el compromiso del Reino Unido con el desarrollo global.