Por: Ramón Alfaro Leiva
AMIGO: escríbelo simple y sincero, tan simple / como lo canta el pueblo: “Se echó a llorar el bosque, todo por Túpac Amaru y Micaela Bastidas”.
Los niños mueren /
en venenoso hedor, /
sin sol /
en sofocantes casuchas. /
El mundo es prisión. /
Hombres y mujeres, /
pueblo…
La tierra se asfixia cada día más y más por los países más industrializados del planeta, como así nuestra literatura; que algunos son como el rubí: fríos, bellos, vanidosos, inermes ante el progreso humano; otros como las flores del campo: sencillas, bellas artífices del tiempo actual, pero de honda sabiduría humana perdurable por simple ante los siglos. La poesía de Vásquez no se pierde. Ellas hablan al mundo, el universo, a los siglos. Ellos son inmortales / la otra poética será hueca, y nadie cantará, el sencillo drama del hombre.
El presente análisis constituye un modesto acercamiento a la personalidad del iniciador de la poesía romántica y poeta Diófer Vásquez. Fascinado por la verborrea el amor en sus cuatro estaciones, hay un reconocimiento y un llamamiento hacia las generaciones venideras: escribe con palabras simples, al amor que vendrá. A tomar nuestro lugar, a lo que hemos escrito con ardor, sugeridos por el contacto con la emoción de un corazón del pueblo, de trágico destino, descubridor de todas las vicisitudes que pasa un amante que ama el amor. De sencillo rostro, el modo de hablar, los gestos de Vásquez vivo, siempre animado y siempre modesto a hablar y escuchar horas enteras sobre la literatura y a buscar con sencillez nuevas y mejores redacciones de sus versos. Pero cuando nos encontramos con su creación de Vásquez, descubrimos a un hombre, presente de su época en que le toca vivir. Espero no equivocarme, cuando lo identifico con tres poetas mujeres: Jean Aristeguieta, de nacimiento venezolana, cuando nos dice “Estaciones de tristes hojas… invocando al misterio del rostro de la madre (ROSTROS), de su obra TORRE DE LAS VISIONES (poemas) Barcelona-1977. Cuaderno literario AZOR, así lo mismo de Juana de Ibarbourou, de nacimiento uruguaya. Cuando nos manifiesta.
Hoy he pasado por un camino triste… de todo, y que se viste /
mientras que el sol de azufre se acostaba en la sierra”.
II de ÁNFORAS NEGRAS, del poema EL CAMINO AL CAMPO de su poemario VERSO Y PROSA, Editorial Kapeluz 1968. Y de la poeta Edith Soderaran; nacida en Rusia, hija de un mecánico, cuando nos manifiesta en su poema ROSAS:
El mundo es mío /
por donde yo vaya /
arrojo rosas para todos /
así se eleva el gran himno del dolor de un pecho feliz.
Para concluir diremos del artista Diófer Vásquez, que el camino es largo, sinuoso, obscuro, infernal, tedioso, se entiende pues que su visión del mundo es metafísico, pero a diferencia de los otros poetas actuales del plano ideal, presente categoría de emblemas, música sutil de su persona de su alma que en cuestión de vida o muerte es el verbo de un poeta cuando nos manifiesta:
“Indomable luna de mi pecado /
quiero amarte como si me pertenecieras, /
para llevarte en el infinito, /
donde las canciones rimen para ti.