Rusia ha desarrollado una tecnología, y está trabajando en una segunda, que permite «actualizar» sus vacunas contra la COVID-19 en dos días para hacerlas más eficaces ante nuevas mutaciones del virus, informó hoy Alexandr Ginzburg, el director del Centro Gamaleya, que creó la vacuna Sputnik V.
Ginzburg, citado por la agencia RIA Nóvosti, señaló que aún no queda claro cómo se va a regular el empleo de la nueva tecnología y si las vacunas «actualizadas» deben pasar por todas las fases de los ensayos clínicos establecidas hasta ahora.
Este asunto, agregó el científico, se está «discutiendo». A la vez, Ginzburg aseguró que en el mundo se han dado varios casos de una autorización de emergencia de nuevas vacunas tras su ensayo en grupos reducidos de un centenar de personas.
«Si (las vacunas actualizadas) protegen contra las nuevas variantes de la COVID-19, se podría comenzar sin demora su producción en masa», aseguró.
ESTIMACIONES
El director del Centro Gamaleya opinó que para el septiemte la humanidad no podrá vencer al coronavirus, pero dentro de Rusia la situación será más «controlable», gracias al avance de la vacunación.
Según sus cálculos, hasta finales de verano se habrá vacunado el 60% de la población rusa. Hasta ahora, la Sputnik V ha sido registrada en 59 países con una población total de más de 1 500 millones de personas. El último país en autorizar el uso de la vacuna rusa ha sido Panamá, que se suma así a otros estados latinoamericanos, como Argentina, Venezuela y México.
Ginzburg reveló previamente que los fabricantes del preparado quieren suministrarlo «a otros 50 países más». Además de la Sputnik V, que tiene una eficacia del 91,6 % , Rusia ha desarrollado otras dos vacunas.
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