Residentes de Gaza piden que termine el gobierno de Hamás tras 18 años.

La reciente intensificación del conflicto en Gaza, marcada por un bombardeo israelí en Beit Lahia y una orden de evacuación previa, ha desatado una ola de protestas sin precedentes contra Hamás. La situación ocurre en un contexto de creciente desesperación entre la población civil, exacerbada por el fracaso en la extensión del cese al fuego y la persistente crisis humanitaria. La Franja de Gaza, con una densidad poblacional de aproximadamente 5,500 personas por kilómetro cuadrado, enfrenta además una severa escasez de recursos básicos como agua potable y suministros médicos.

Según la investigación publicada por The New York Times, estos eventos han catalizado manifestaciones públicas que exigen el fin de la guerra y la disolución del gobierno de Hamás, que ha estado en el poder durante los últimos 18 años. Estas acciones representan un desafío inusual a la autoridad del grupo, especialmente después del ataque liderado por Hamás contra Israel en octubre de 2023, que desencadenó la actual escalada bélica.

Las protestas, aunque limitadas en tamaño, simbolizan la creciente frustración de los palestinos que nuevamente se enfrentan a bombardeos y devastación. Ahmad al-Masri, un residente de Beit Lahia de 26 años y uno de los organizadores de las manifestaciones, declaró que «Hamás necesita desaparecer» para que cese el derramamiento de sangre y la destrucción. La población civil, atrapada entre el fuego cruzado y la precaria situación humanitaria, se muestra cada vez más crítica con la gestión de Hamás y su incapacidad para proteger a la población.

La valentía de los manifestantes, que han desafiado el control estricto de Hamás sobre Gaza, subraya la profundidad del descontento. Es importante recordar que la tasa de desempleo en la Franja de Gaza supera el 45%, y la dependencia de la ayuda humanitaria es generalizada. La infraestructura, ya de por sí debilitada por años de conflicto, se ha visto aún más dañada por los recientes bombardeos, dificultando la prestación de servicios básicos.

El reportaje destaca cómo la falta de un acuerdo para prolongar la tregua ha llevado a un recrudecimiento de la violencia, intensificando el sufrimiento de la población civil. Las tensiones internas en Gaza se han visto exacerbadas por la percepción de que Hamás prioriza sus propios intereses por encima del bienestar de la población, contribuyendo a la creciente sensación de desesperación y desilusión.

Estas manifestaciones, aunque todavía incipientes, demuestran un cambio en la dinámica interna de Gaza. Los ciudadanos, a pesar del temor a represalias, están expresando públicamente su oposición a Hamás y exigiendo una solución pacífica al conflicto. El futuro de Gaza dependerá, en gran medida, de la capacidad de las partes involucradas para encontrar una salida negociada a la crisis y abordar las necesidades urgentes de la población civil.