Por: Jacobo Ramírez Mays
El martes que pasó, un amigo amante de eventos culturales convocó a algunos poetas huanuqueños a una reunión en un conocido café para informarnos acerca del 4.º FESTIVAL INTERNACIONAL PRIMAVERA POÉTICA que se desarrollará en el salón San Sebastián de la Municipalidad Provincial de Huánuco los días 23, 24 y 25 del presente mes. Nos contó que las autoridades municipales están poniendo todo de su parte para que dicho evento cultural muestre a nuestra ciudad con una nueva cara, la de la cultura. No quiero ser mal pensado, pero me parece que la gobernación no tiene mucho interés en dicho acontecimiento.
Conocedores de la importancia de dicha actividad, así como de otros eventos que se han ido desarrollando, podemos decir que por fin algunas autoridades de Huánuco han entendido que no solo con cemento y fierro se pueden inmortalizar, sino también con eventos culturales. Aun sabiendo ellos que estos acontecimientos no dejan los diezmos respectivos, más por el contrario creo que les hace gastar lo ganado o ahorrado de otros proyectos.
Nuestro amigo también nos informó que en dicho evento el poeta Samuel Cárdich Ampudía será homenajeado y creo que es un deber de todos nosotros acompañarlo y dejar a un lado nuestra condición de mashcuyos y aplaudir y reconocerlo como tal.
El responsable de la reunión, aprovechando nuestra confianza y amistad, nos pidió que le ayudáramos a repartir las cartas múltiples de invitación que la Municipalidad Provincial ha elaborado en base, según nos informó, a un listado que ha sido entregado por los representantes de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Huánuco.
Mientras iba leyendo los nombres, escuchamos el de nuestro amigo Veder Retiz Vedoya, entonces algunos hicieron pasar más rápido el bocado de su café, otros dejaron de morder su pan con palta, terceros se quedaron con la cuchara de patita con maní en medio camino y eso porque nuestro gran amigo Veder, más conocido como «Chachico», ya desde algunos años atrás está gozando del descanso eterno.
Ante tan tremendo descuido, opinamos algunas cosas y terminamos en medio de algunas sonrisas. Luego de la pausa, nuestro compañero siguió pasando las cartas y mencionó el nombre de otros tres amigos más que descansan de este mundo que son Roger Vidal Roldán, David Machuca Chocano y Eleazar Romero Ronquillo, todos ellos conocidos nuestros por su aporte a la cultura.
Cuando, en señal de broma, preguntaron quién iba a entregar dichas cartas fui yo el que levantó la mano. Después de leer los nombres de cada uno de ellos, comencé a recordarlos; al primero cantando y bailando en una reunión que compartimos; al segundo explicando sobre la noche más larga en Huánuco o hablando sobre pasajes de la vida del inca Illatupac. Al tercero con su poemario Ladrón de empanadas y, al cuarto, con sus varios libros ya sea de teatro, de cuentos u otros géneros.
Después de ello y pecando un poco de soberbio y orgulloso, rogué a todos los apus y señores del destino que ojalá cuando muera los responsables de la Dirección Desconcentrada, estén completamente desconcentrados como lo están ahora para que no borren mi nombre de su directorio y si sucede algo parecido a lo que pasó, otro me recuerde siquiera por un instante.
Las Pampas, 22 de setiembre de 2016