REBECCA HORN: LA NIÑA CON SU TIJERA MÁGICA

Se ha apagado una luz referencial en el mundo del arte.

Nos estamos quedando siempre más solos (Francesco Mariotti).

Por Israel Tolentino

Cuando la muerte toca a un amigo, también te toca, ese hecho, evento, te devuelve a la finitud de los días, a la corta medida de nuestra actuación en el escenario de la vida, como si en el fondo conocerse y vivir cercano a otro ser humano estuviera medido por la despedida, el adiós, el hasta luego.

En la mañana, hora de Perú, la llamada de Antonio me comenta con profunda pena el vuelo de Rebecca Horn, hace días hablábamos de su encuentro con ella y su presentimiento; dentro de su personalidad férrea se puede contar que con Antonio Paucar había un trato y cariño familiar.

 Rebecca Horn y Antonio Paucar. BAd Koenig Zell en Alemania © antonio paucar.

Rebeca Horn, escultora, dibujante, autora de instalaciones y performances, pero también poeta y directora de cine y ópera acaba de partir a la inconmensurable pregunta que la conciencia no logra responder, ella, una figura clave en el desarrollo del arte contemporáneo, los principales diarios del planeta informan: fue pionera en explorar el cuerpo, el espacio, artista pionera del arte performativo, nacida en 1944 en Michelstadt, se hizo famosa por sus máquinas artísticas mágicas que movían objetos como maletas, violines y tubos. Estudió en Hamburgo y Londres y en 1972 fue la participante más joven en la Documenta de Kassel. El Museo Guggenheim de Nueva York realizó una retrospectiva de su obra en 1993, que luego realizó una gira por Europa. En 2010, Horn fue honrada por el trabajo de su vida con el Praemium Imperiale japonés, uno de los premios de arte más prestigiosos del mundo. A esto le siguió en 2012 la creación de la Fundación Moontower, con sede en Bad König, en Odenwald. Su obra nunca fue fácil de ver, la Haus der Kunst en Múnich le dedicó una gran retrospectiva, ganó los máximos galardones en la Documenta y en la Carnegie International, participó en tres ediciones de la Bienal de Venecia.

Partitura en Memoria a las Víctimas Aquí y Allá (Foto Credits: Anke Neugebauer)

Rebeca Horn se relaciona con Perú gracias a dos fundamentales artistas contemporáneos: fue compañera de estudio de Francesco Mariotti (Berna,1943) en la Academia de Bellas Artes de Hamburgo (Hochschule für Bildende Künste) (1964-1970). Maestra y amiga de Antonio Paucar (Huancayo, 1973) Universität der Kunste en Berlín.

Antonio ha viajado para intervenir el 07 de setiembre con la performance: Partitur im Gedenken an die Opfer hier und dort (Partitura en Memoria a las Víctimas Aquí y Allá), la obra de instalación permanente Konzert fuer Buchenwald (Concierto para Buchenwald) de Rebecca Horn. Antonio narra: “tejo con mis propias manos una banda roja extensa de varios metros de fibras de alpaca combinada con lana de oveja en la antigua central eléctrica de Weimar y el histórico depósito en desuso del tranvía de Weimar. En este espacio mi obra crea un nuevo diálogo con la instalación de Rebecca Horn y la memoria histórica en Buchenwald”.  

Concierto para Buchenwald y Partitura en Memoria a las Víctimas Aquí y Allá (Foto Credits: Anke Neugebauer).

El viernes seis fallece Rebecca Horn, Antonio esa noche, usando sus propios dedos en vez de palitos de tejer, realizaba la banda roja interminable para su intervención. El sábado siete no estará en la presentación de su performance, ese día acompaña a Rebecca Horn. Este viaje a Alemania, terminó convirtiéndose en una despedida de su amiga.

Hace poco, habían realizado una potente muestra bipersonal por invitación de Rebecca, en el marco de Berlin Art Week 2020, con el título: TIME GOES BY: Rebecca Horn and  Antonio Paucar en la Ifa – Gallery Berlin.

Rebeca ha sido la artista que abrió nuevas rutas al arte contemporáneo, se podría decir que aprendió a expandir su alma y con ella la de todos hasta conectarse con las aves y las plantas, sobre todo con el aire, el viento, a brisa y el cielo lejano como un icaro.

Antonio publica en Concertare Forte- Reminiscence of Rebeccas Horn´s work Concert for Buchenwald, Kunstfest Weimar, 2024 el poema “La niña y su tijera mágica”: “Esto me lo contaste de buena gracia / sorprendida tú misma de tu valentía. /Por este relato/ puedo aventurarme a decir: La niña con su tijera mágica había logrado liberarse/ del saco oscuro represor/ del saco que percude el alma” (Odenwald, 2017). Admiración recíproca, Rebecca decía de él: Antonio Paucar también está influenciado por una cultura antigua muy potente. Su performance fue increíble, como un chamán. Organicé un festival de performances y Antonio se presentó. Me quedé fascinada con su fuerza, con cómo llenaba el espacio y salía una capacidad creativa que desbordaba. Con el tiempo nos hicimos grandes amigos, creo que sabe sensibilizar un espacio. Un artista quiere espacio, lo necesita, y provocar el interés del público es bueno para el arte. Provocar es bueno.

Antonio cuenta en el poema “La televisión de los pastores”: “Por las tardes y noches de viento frío, / ella me proponía sentarnos frente a la televisión de los pastores. /Así le decía a la estufa de leña” (Pollensa, 2006). Parafraseando el final del poema: Rebecca, como un árbol, en forma de humo asciende al cielo estrellado (Pozuzo, setiembre 2024).