El sábado 20, en el abandonado centro arqueológico de Shillacoto, los integrantes de la Cofradía de Negritos del Jr. Seichi Izumi, realizaron un cortamonte hasta altas horas de la noche, sin autorización de la Municipalidad o del Ministerio de Cultura. Así denunciaron los vecinos que viven en la zona, quienes cuestionaron la cómplice actitud de las autoridades.
En efecto, a espaldas de las ruinas que se ubican a pocos metros de la primera cuadra del Jr. San Martin, aún permanece plantado el tronco de lo que fue un árbol. Ana Diego Llanos, vecina de lugar, dijo que los integrantes de la cofradía de Negritos adujeron tener permiso de la Municipalidad Provincial para realizar su actividad. Llamaron a efectivos del serenazgo pero nunca aparecieron.
Las 14 familias que habitan en la zona, refieren que no tienen agua ni energía eléctrica. Recurrieron a Seda Huánuco pero les manifestaron que no pueden instalar las tuberías porque es una zona arqueológica; asimismo dan cuenta que existe un proyecto en Electrocentro para instalar postes de alumbrado público pero tampoco prospera.
“Cómo las autoridades pueden avalar que se realice un cortamonte, pero nos impiden tener los servicios básicos”, criticó.
Drogadictos y basura
El centro arqueológico es un nido de fumones y parroquianos, acusan los vecinos. El lugar es aprovechado por personas de mal vivir para asaltar a los transeúntes; además hay un gran cúmulo de basura en gran parte de las ruinas.
PATRIMONIO
CULTURAL
Sillacoto está declarado patrimonio cultural de la nación mediante la Resolución Jefatural N° 003-91-INC, con un área de 5 004.53 m2 y con un perímetro de 353.70 ml.