Es lamentable observar cómo el respeto hacia nuestra bandera peruana ha ido disminuyendo con el paso del tiempo. Hace unas décadas, la fiesta de la jura de la bandera era un evento cívico-social de gran importancia, donde participaban autoridades, escuelas, padres de familia y la comunidad en general.
Se hacían grandes esfuerzos para que los escolares vistieran sus uniformes y lucieran impecables al desfilar por las calles de los distritos en honor a nuestras fiestas patrias. Recordábamos a figuras inmortales como Francisco Bolognesi y Alfonso Ugarte, quienes demostraron valentía y sacrificio al defender nuestra patria y nuestra bandera.
Sin embargo, en la actualidad, nos encontramos con preocupación y tristeza ante la situación que atraviesa nuestro país. Ha surgido un deterioro en nuestras instituciones, con autoridades policiales y militares que han perdido credibilidad y respeto.
Nos preguntamos ¿Existe aún el respeto hacia los hombres que visten uniformes y abusan de su poder? Hemos presenciado actos de corrupción y comportamientos abusivos por parte de altos oficiales hacia sus subordinados y la población en general. Incluso, hemos sido testigos de la lamentable escena de la lustrada de zapatos al presidente más corrupto en las calles de Lima, un hecho que quedó grabado en la memoria de los peruanos.
Actualmente, nos encontramos con un Congreso desacreditado, donde los parlamentarios evaden la presencialidad y asisten únicamente para votar, mientras disfrutan de generosos salarios y beneficios. Parece que se han olvidado de su deber de representar a la población y de trabajar por el bienestar de nuestro país. Es importante recordarles que los verdaderos valientes no solo se ven en las campañas políticas, sino también en su trabajo diario, dando la cara a la gente y enfrentando los desafíos con honestidad y transparencia.
A pesar de estas circunstancias, es importante recordar y honrar a aquellos héroes que dieron su vida por nuestra bandera y nuestra nación. Ellos prefirieron enfrentar la muerte antes que permitir que nuestra bandera cayera en manos enemigas. Es crucial reflexionar sobre la grandeza y riqueza de nuestro país y tomar conciencia de lo que está sucediendo en nuestra sociedad.
Es hora de que cada peruano levante la mirada con orgullo y dignidad, recordando a aquellos que dieron su vida por nuestra patria. Exijamos a nuestras autoridades que trabajen sin corrupción y con verdadero compromiso por el bienestar de todos los peruanos. Celebremos y respetemos nuestra bandera, símbolo de nuestra identidad y unidad como nación.
¡Viva el Perú y viva nuestra bandera!