Para el procurador del Gobierno Regional, Homero Dávila, es imposible desalojar a los invasores y traficantes de tierras del humedal de Huachog y le ha pasado el problema al posesionario, Halle Llanto. Esta es una gran noticia para los cientos de invasores ocupan una reserva natural, zona conocida como los totorales, la cual está siendo destruida. La zona albergaba valiosas especies de flores y fauna que, gracias a estos invasores, toda esta variedad está en extinción y seguramente terminará siendo el golpe mortal para el humedal.
Las personas, que están tratando de adueñarse del totoral, cometieron un crimen ecológico al depredar toda la zona y deberían ser sancionados por su delito, pero nadie dice o hace algo, como si no tuviéramos autoridades que protejan la propiedad privada.
Para el señor Dávila, quien debe defender los terrenos del totoral, es el posesionario Halle Llanto Sánchez, quien habría sido guardaespaldas de Luis Picón durante su gestión y que increíblemente consiguió una constancia de posesión de la zona. Está sugiriendo prácticamente que el posesionario tome las medidas que considere convenientes para desalojar a los otros invasores, como tal vez, contratar gente para desalojarlos, con los riesgos que ello significa. Preocupa que un procurador realice semejante declaración, peor aún, porque de darse el caso podría producirse muertos y heridos.
La desidia de las autoridades y este tipo de declaraciones de los funcionarios públicos, está abriendo las puertas a los traficantes de tierras a tomar cualquier propiedad, lotizarla y venderla. Hay muchas propiedades y terrenos que están en peligro de ser invadidos por los traficantes en La Esperanza, Vichaycoto, Quicacán y otros lugares, ya que según Dávila, no se puede hacer nada.
No es exagerar, porque de esta manera se llegaría a la ley del oeste que, con armas en mano, se defenderían los terrenos. Para eso, existen las autoridades como el Ministerio Público, Defensoría del Pueblo, la Prefectura Regional y la Policía.