“Que se muera el producto”

Algo que se debe reconocer es que desde hace un tiempo, un gran porcentaje de profesionales, que laboran en los diferentes centros de salud y hospitales, han perdido la sensibilidad en el trato a los pacientes. Probablemente, la rutina del trabajo los convierta en personas mecanizadas sin ningún interés en la persona detrás del paciente y prefieren no crear vínculo alguno. Lamentable ciertamente, ya que como humanos, estamos interrelacionados unos a otros.
“Que se muera el producto”, pareciera una frase sin importancia dicha por un panadero o tal vez por un cocinero, pero lamentablemente, no es así. Es una frase que expresó un médico, refiriéndose al producto del amor de una pareja, un bebé. Un ser indefenso y esperado con mucha ilusión.
Esta triste historia tiene como protagonista al médico gineco-obstetra Jesús Flores Lavado, quien por esas cosas del destino, tiene el nombre de Jesús de Nazareth, que despectivamente expresa su falta de sensibilidad hacia los seres humanos y a la vida. En el informe de la obstetra Manzano Martel, se registra letra por letra la expresión el médico Flores, a quien, esta ciudad le abrió los brazos para darle el sustento de su existencia.
¿Acaso este galeno se equivocó de profesión? Se supone que los profesionales del sector salud deberían practicar al aprecio y la amabilidad hacia los seres humanos. Consideramos deplorable la actitud de este médico. Un escándalo más para el Hospital Regional Hermilio Valdizán, a cargo del director Anderson Motta, quien depende directamente del gobernador Alva. Tal vez es hora que considere cambiar a su protegido.