PUSHKIN: PADRE DEL IDIOMA RUSO

Por: Hugo L. Arias Hidalgo
Al observar el retrato de Alexándr Serguiéyevich Pushkin, que nació en Moscú un 26 de mayo de 1799, lo que invariablemente llama más la atención son su cabello ensortijado o su tez morena; esos rasgos suyos provenían de su bisabuelo materno de origen etíope. Durante sus primeros años aparentemente las canciones y las historias de su nodriza fueron cimentando sus fantasías; y, posteriormente también el contacto con el idioma francés y, sobre todo, con las creaciones de la literatura francesa. Los gobernantes en aquellos tiempos propendían que la Rusia, aletargada y casi medieval, también alcance las cumbres del progreso y la modernidad. Uno de aquellos, el zar Alejandro I, decididamente apoyó la educación de la población. En ese sentido en la localidad de Tsárskoye Sieló se creó un liceo al cual asistió el famoso autor. Es durante esa temporada, en su época de escolar, cuando había pergeñado algunos versos, que según quienes siguieron sus creaciones, ya lucían una perfección formal. Es en el liceo donde entra en contacto con ideas que marcaron a fuego su posterior derrotero vital: la revaloración de su idioma nativo y su acendrado amor por la libertad. Aquellos ideales posteriormente plasmó en su existencia: el primero fue cuando concibió sus creaciones literarias utilizando el idioma ruso; por tal motivo es considerado en su patria como el padre del idioma ruso; y, en lo segundo, cuando escribió unos versos que cuestionaban las maneras asfixiantes del régimen imperante: […] /Pero en nosotros el deseo aún arde/ al yugo del poder fatal sujetos,/ y con el alma llena de impaciencia/ oímos de la patria el llamamiento./ esperamos con ansia atormentada/ de la sagrada libertad el momento,/[…]. Estos versos fueron motivación para que los esbirros del régimen lo exilaran en un rústico ambiente de Moldavia; era un ámbito muy frustrante para un citadino, en especial para un hombre de letras.
El año de 1825 asume el poder el zar Nicolás I. Aparentemente conocedor de las posturas políticas de Pushkin, que para la época ya vivía en San Petersburgo, el zar se convierte en una suerte de censor del autor; el compromiso es que sus creaciones debían previamente pasar por las manos del jerarca, luego por las de la imprenta. Por esos tiempos el poeta se propone sentar cabeza y formar su propia familia. Y se decide a pedir la mano de Natalia Gonchárova, considerada la mujer más bella de Rusia; sin embargo ella se la deniega. Pasado el tiempo, sin perder el ánimo, logra que le concedan la mano de esa hermosa dama por intermediación familiar. No obstante, tal parece que en vez de depararle felicidad el hecho le atrae problemas. Al poco tiempo el ladino zar le concede un título nobiliario al literato, el cumplir con ese compromiso le obligaba a dejar su hogar por prolongados tiempos. Era la intención del zar que, mientras durara su ausencia, la distinguida belleza de Natalia adornara las fastuosas fiestas que daba en su palacio. Pushkin a la vez se veía en apuros económicos, por la publicación de la revista El contemporáneo, y especialmente por ser insuficientes sus medios para costear el tren de vida de su esposa. Además, fatalmente para Pushkin, dio pie a los rumores sobre la infidelidad de su consorte. Tiempos antes había ingresado en la escena de la alta sociedad petersburguesa, de la mano de su mentor el maledicente embajador de Holanda, un individuo de procedencia francesa llamado Georges d´Anthés. El advenedizo era un apuesto doncel, resultó todo un ídolo para las damas petersburguesas. Aparentemente el susodicho juntamente con Natalia eran los protagonistas del affaire. Ese supuesto hecho generó una tormenta en la sociedad de San Petersburgo. Al literato, más con el ánimo de escarnecerlo, le enviaron un anónimo y le dirigieron comentarios sarcásticos. Tanto que el protegido del embajador holandés se vio obligado a dar la cara y esclarecer el asunto; mencionó que él estaba realmente enamorado de la hermana de Natalia, y para confirmar sus palabras, al poco tiempo, contrajo matrimonio con la cuñada de Pushkin. Empero esas acciones no bastaron para amainar el temporal, más por el contrario se tornaron trágicas. Y es que el poeta, acuciado por las maledicencias, remitió una carta injuriante a d´Anthés, el francés para defender su honor, le retó a un duelo. Una mañana de nieve del año 1837, durante el enfrentamiento, el autor ruso fue malherido por un pistoletazo y, tras dos días de agonía, falleció. Era un 29 de enero.
Este autor incursionó con notable éxito en los predios de la narrativa, el teatro y la poesía. Según quienes escudriñaron sus obras es en la poesía donde obtuvo los mejores frutos; en este ámbito destacan Russlan y Lyudmila, El cautivo del Cáucaso, La fuente de Bajchisaray y, según la crítica la mejor de sus creaciones, El jinete de bronce. Todos poemas narrativos. Sin embargo, también concibió las denominadas poesías líricas, poemas de corta extensión pero de un sentido y genuino lirismo. He aquí una breve muestra:
EL RECUERDO
Cuando para el mortal cesa el día bullicioso
y encima de las calles mudas de la ciudad
se abaten las translúcidas sombras de la noche
y el sueño, recompensa del cotidiano afán,
es para mí el momento en que el silencio arrastra
las horas de vigilia y su tormento,
y en la inacción nocturna me quema el corazón
la serpiente de los remordimientos.
[…]