La comunicación encriptada se ha convertido en una herramienta crucial para las organizaciones criminales, especialmente en el ámbito del narcotráfico, donde la discreción y la seguridad son primordiales. La evolución tecnológica ha propiciado que los métodos tradicionales de escucha telefónica sean cada vez menos efectivos, obligando a las fuerzas de seguridad a buscar alternativas para combatir este delito.
Según la investigación publicada por El Comercio Perú, los teléfonos Google Pixel han ganado popularidad entre los narcotraficantes debido a su flexibilidad para instalar sistemas operativos personalizados y garantizar comunicaciones cifradas, dificultando el rastreo por parte de la policía.
Una de las características que hacen atractivos a los Google Pixel para este tipo de actividades es la posibilidad de instalar Graphene OS, un sistema operativo basado en Android que prioriza la privacidad y la seguridad. Este sistema operativo alternativo permite a los usuarios evitar las aplicaciones preinstaladas de Google, lo que dificulta el monitoreo por parte de las autoridades. Además, la capacidad de formatear el dispositivo tras varios intentos fallidos de acceso o de forma remota añade una capa adicional de seguridad para los delincuentes.
Fuentes policiales en Cataluña han confirmado al medio peruano que, en operativos recientes, se ha detectado el uso de Google Pixel por parte de individuos involucrados en el transporte de cocaína. Estos dispositivos, configurados con sistemas operativos alternativos, permiten establecer una red de comunicación cifrada que impide el acceso a las conversaciones por los métodos tradicionales de interceptación telefónica. La encriptación de extremo a extremo garantiza que solo los participantes de la conversación puedan acceder al contenido, frustrando los esfuerzos de las fuerzas de seguridad.
Ante la obsolescencia de las escuchas telefónicas convencionales, la Policía Nacional ha recurrido a métodos más sofisticados, como el uso de troyanos. Estas herramientas informáticas, que requieren autorización judicial para su implementación, permiten infectar los teléfonos de los sospechosos y acceder a toda la información almacenada en el dispositivo, incluyendo aplicaciones, imágenes y documentos. De esta manera, las autoridades pueden obtener pruebas incriminatorias y desmantelar las redes de narcotráfico.
La elección de los Google Pixel por parte de los narcotraficantes no es casualidad. Estos dispositivos ofrecen un equilibrio entre la flexibilidad de Android y la posibilidad de personalizar el sistema operativo para maximizar la privacidad y la seguridad. Sin embargo, la lucha contra el narcotráfico requiere una constante adaptación a las nuevas tecnologías, y las fuerzas de seguridad están invirtiendo en herramientas y estrategias para contrarrestar el uso de dispositivos encriptados.